LOS SIGNOS DE REVERENCIA: LAS POSTURAS
La Ordenación General del Misal Romano da unas normas claras de las posturas corporales que hay que adoptar durante
Las posturas corporales que el Misal Romano indica (OGMR 43) son las que resumimos a continuación:
ESTAR DE PIE: Es una forma de demostrar nuestra confianza filial, y nuestra disponibilidad para la acción, para el camino. El estar de pie significa la dignidad de ser hijos de Dios, no esclavos agachados ante el amo. Es la confianza del hijo que está ante el padre a quien respeta muchísimo y a quien al mismo tiempo tiene cariño. Simultáneamente, al estar en pie manifestamos la fe en Jesús resucitado que venció a la muerte, y la fe en que nosotros resucitaremos también; el estar agachado y postrado no es la última postura del cristiano; sino el estar en pie resucitado. Estaremos en pie:
* desde el canto de entrada hasta el final de la oración Colecta.
* durante la lectura del Evangelio y el canto del Aleluya que le precede.
* durante la profesión de Fe (Credo) y la oración de los Fieles.
* desde la invitación del sacerdote a la oración sobre las ofrendas hasta la consagración.
* después de la consagración hasta después de la comunión.
* desde la oración de después de la comunión hasta que el sacerdote abandona el altar.
Todas las oraciones deben oírse de pie como actitud de respeto y buena disposición. Está generalizada la costumbre (errónea) de oír sentados la oración sobre las ofrendas.
SENTADOS: Significa la confianza de estar con los amigos, en paz y tranquilidad. Estamos en casa, cuando estamos en el templo. Sentados podemos hablar con intimidad y largamente con el Señor que está ahí presente. También uno se sienta para escuchar y aprender cuando un maestro habla. Estaremos sentados:
* durante las lecturas que preceden al Evangelio, incluido el Salmo responsorial.
* durante la homilía.
* mientras se hace la preparación de los dones en el ofertorio.
* a lo largo del silencio posterior a la comunión.
DE RODILLAS: Sólo ante Dios debemos doblar nuestra rodilla. Al ponernos de rodillas significa que nos reconocemos pecadores ante Él. La genuflexión ante el Santísimo es un saludo reverencial de fe, en homenaje de reconocimiento al Señor Jesús. Debemos hacerlo en forma pausada y recogida. Estaremos de rodillas solamente durante
POSTRADOS: Se usa en ciertos momentos escasos, en que el alma cristiana se siente más indigna de dirigirse a Dios, cargada de responsabilidades, o en un luto universal como el del Viernes Santo por la muerte de Jesús, o cuando la pena y desconsuelo son tan inmensos que no se ve solución. Por ejemplo: el futuro diácono y el futuro presbítero, cuando se postran el día de su ordenación diaconal o sacerdotal respectivamente; algunas monjas, el día en que entran al convento o hacen su profesión religiosa, se postran en el suelo, indicando no tanto el abatimiento, sino la necesidad de protección de Dios y la impotencia personal. Es signo de humildad y penitencia.
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