Este artículo te puede mover a tomar diferentes actitudes. Si estás seguro en la respuesta quizás digas "para qué leerlo si ya tengo la respuesta". Si no sabes que responder quizás consideres que este es un tema para otro. O quizás digas "es demasiado largo". Sin embargo, en cualquier caso te aconsejo la lectura, sea para afirmarte en la verdad, sea para conocer por qué la Iglesia Católica predica lo que cree.
¿Verdadera presencia o solamente símbolo?
Tomaré la copa de la salvación (Sal 116, 13).
Poco después de
Martín Lutero, las iglesias protestantes rechazaron la creencia de que
Jesucristo está verdadera y sacramentalmente en el pan y en el vino
consagrados. Ellas dicen que son solamente símbolos de la presencia de
Cristo y por eso no adoran los elementos consagrados como los
católicos. Su argumento es que Cristo habló en parábola cuando habló de
comer su carne, y que la cena del Señor es nada más que un recuerdo: Haced esto en memoria mía.
Si los
hermanos tienen razón no pierden nada. Pero si la Iglesia católica la
tiene, o sea que el pan y el vino significan eficazmente y literalmente
el cuerpo y la sangre de Jesucristo, los hermanos pierden muchísimo
porque no tienen la oportunidad de recibir este alimento que da vida
eterna.
"La
transubstanciación, o sea el cambio de la substancia del pan y del vino
en la Cena del Señor, no puede ser demostrada por las Sagradas
Escrituras, sino que repugna a las palabras sencillas de la Biblia...."
(Art. 18 de la Constitución de la Iglesia Metodista de México, 1975 y Disciplina Iglesia Metodista de México, 1991, p 54).
"Esa
doctrina que sostiene un cambio de sustancia del pan y del vino a la
sustancia del cuerpo y de la sangre de Cristo... ha sido y es la causa
de muchísimas supersticiones, y además de una crasa idolatría" (Confesión de Fe de Westminster, Publicaciones el Faro, México, 1984,1993, Cap 29, art. F).
Sin embargo...
Los
que reciben la comunión deben estar plenamente convencidos que lo que
aparenta ser pan no es pan, aunque sabe así, sino el cuerpo de Cristo,
y lo que aparenta ser vino no es vino aunque el sabor es así (Cirilo de Jerusalén año 350 d.C. Discursos Catequéticos).
Primero, es
importante saber qué quiere decir la palabra "transubstanciación". Es
la creencia de que el cuerpo-sangre-alma y divinidad (en otras
palabras, Cristo mismo), está verdaderamente presente bajo las
apariencias de pan y vino.
¿Qué dice la Biblia?
Como afirman los hermanos, es cierto que Jesús habló de sí mismo en símbolos: Yo soy la puerta (Jn 10, 9); Yo soy la vid
(Jn 15, 1). En estas ocasiones nadie de los que escuchaban a Jesús lo
tomó literalmente. Nadie preguntó "Si eres una puerta, ¿dónde está el
picaporte?; si eres la vid ¿dónde están las hojas y por qué no eres
verde?". Todo el mundo entendía que él estaba hablando en símbolos y
que tenía sentido. Cristo es como una puerta -vamos al cielo por Él-
también es como una vid porque nos da vida cuando permanecemos en Él.
En otras ocasiones, cuando la gente no le comprendió, él corrigió su
malentendido. Es interesante notar que en algunas de estas ocasiones el
malentendido tenía que ver con la comida: El les dijo: Yo tengo
una comida que comer, que vosotros no sabéis. Entonces los discípulos
decían uno a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dijo;
Mi comida es que haga la voluntad del que me envió..(Jn 4,34). Jesús aclaró el asunto. Ver también "la levadura de los fariseos" en Mt 16, 5-12
Pero no fue
así en Juan 6 y en la Última Cena. Jesús no dio ninguna explicación,
porque era claro. No hay semejanza entre "Yo soy la vid", "la puerta" y
" Yo soy el pan de vida" de Jn 6, 35. Jesús va mucho más allá del
simbolismo: "Mi carne es verdadera comida, mi sangre verdadera bebida"
(v. 55). Pero miremos todo el contexto de Juan 6.
¿Qué pasó en capítulo seis de Juan?
El contexto
del capítulo es importante: Jesús hizo un milagro con pan; alimentó a
toda la gente. Después, enseñó que Él es el pan que bajó del cielo. Él
mismo es alimento (Jn 6, 35-41).
La reacción
de los judíos durante el discurso es sumamente importante. Jesús empezó
a hablar literalmente y los judíos lo tomaron al pie de la letra cuando
les dijo que había bajado del cielo. Por eso se disgustaron: ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido? (Jn
6, 42). Pero Jesús realmente bajó del cielo; lo tomaron literalmente y
no les corrigió. Los hermanos separados estarán de acuerdo con nosotros
en que Jesús literalmente bajó del cielo. Pero es triste que mientras
los hermanos creen literalmente esta parte del discurso de Jesús en
Juan, no toman el resto del capítulo así. Para ellos es simbólico. A
continuación veremos que no lo es.
Jesús siguió hablando al pie de la letra como antes: Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero (Jn
6, 44). Los hermanos sí creen que aquí Jesús habló literalmente cuando
dijo: "le resucitaré". También lo cree la Iglesia católica. Pero
después los hermanos, por razones históricas y no bíblicas, dicen que
lo siguiente es simbólico.
Yo soy el
pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá
para siempre; el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la
vida del mundo. Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo:
¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les dijo: Si no coméis
la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en
vosotros (Jn 6, 51-53).
Vemos que Jesús en Juan 6, 51 a 60 tuvo que seguir repitiendo que mi carne es verdadera comida y que la gente lo tomó al pie de la letra. ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? ¡Y Jesús no les corrigió! El no les dijo que estaba hablando solamente en parábolas y que no lo tomaran literalmente(1).
Otra vez Jesús repitió: mi carne es verdadera comida, mi sangre verdadera bebida (v. Jn 6, 55). Y otra vez reaccionaron los judíos. En v. 60 leemos que los Fariseos dijeron: Dura esta palabra; ¿quién la puede oír? Luego leemos que: Muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con él
(v. 66). Es el único caso en que se afirma que Jesús fue abandonado por
algunos discípulos por lo que él decía. Y JESÚS NO LES IMPIDIÓ
APARTARSE DE ÉL. Él no les dijo: "No se vayan, sólo estoy hablando
simbólicamente. No me malentiendan." Se arriesgó a perder a todos sus
apóstoles pero seguía hablando al pie de la letra. Y los Apóstoles
captaron que él hablaba así. Por eso fue una palabra "dura".
¿Por qué los
fariseos y discípulos pudieron captar que Jesús hablaba literalmente
cuando decía que Él bajó del cielo y que su carne es verdadera comida,
mientras que los hermanos piensan que Jesús habló solamente al pie de
la letra cuando dijo que bajó del cielo en versículos anteriores? ¿Qué
tipo de maestro sería Jesús si todo el mundo lo toma literalmente
cuando no debe ser así?
Cuando dijo
que su carne es verdadera comida los hermanos dicen que fue una
parábola. Pero el texto no da ninguna idea de que la primera expresión
sea literal, y que la segunda no lo sea. De hecho, después de decir que
su carne es comida verdadera, Jesús otra vez les dijo que él es el pan
que descendió del cielo (Jn 6,58). No tiene sentido decir que, entre
dos cosas que Jesús dijo literalmente. Decir que la primera frase es
literal, la segunda es simbólica y la tercera es literal es hacer
violencia al contexto.
En el fondo
de la expresión "Mi carne para que el mundo tenga vida" hay una fórmula
aramea en la que "carne" sustituye a "cuerpo" para designar la realidad
creatural de la persona humana. "Para la vida" traduce la palabra
griega HYPER que los relatos de la Última Cena cuando Cristo instituye
la misa (adelante) denota el carácter sacrificial y expiatorio de la
muerte de Cristo.
Los hermanos
separados citan el versículo 35 donde Jesús dice que "quien viene a mí"
no tendrá hambre" y quién cree en mí" como pruebas de que el capítulo
seis es simbólico. Afirman que cuando Jesús se llama a sí mismo "el pan
de vida" solamente está diciendo que si creemos en Él nos va alimentar
espiritualmente como el pan nos alimenta físicamente. Ellos dicen que
"comemos" y "bebemos" a Cristo al ir a Él y al creer en Él. Pero como
vimos, el contexto es claramente literal y no simbólico. El mismo
Martín Lutero creía en la presencia verdadera de Cristo (ver Luther's Collected Works No. 7, Wittenburg Edit)(2).
Además, Jesús no les corrigió cuando los discípulos dejaron de seguirlo por tomarlo literalmente (Jn 6, 66)(3).
Ellos eran de su raza y sabían como entenderlo, también podían ver su
rostro y conocían su manera de hablar. Por eso se disgustaron cuando
habló de que su carne era verdadera comida. Si Él hablara solamente de
la institución de una comida como bendición no hubiera causado el
abandono de parte de sus discípulos porque la religión judía, y las
costumbres del mundo antiguo estaban repletas de comidas especiales.
Mira cuántas veces Jesús participó en comidas cuando visitaba a las
personas y cómo utilizara la imagen del banquete en sus parábolas.
Notamos lo
literal de las palabras de Jesús al utilizar la palabra griega TROGO en
vez de PHAGO. TROGO es más específico en cuanto a masticar, mascar,
roer, mientras PHAGO es una palabra general para comer. Los únicos
otros lugares donde el NT tiene TROGO son Mt 24, 38 y Jn 13, 8. NINGUNA
VEZ QUIERE DECIR COMER SIMBOLICAMENTE(4). Además los judíos ya sabían que Jesús hablaba de comer literalmente porque preguntaron ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? (v. 52), aún antes de que Jesús utilizara TROGO.
Otra razón
para estar seguros de que Jesús hablaba literalmente es que en el
tiempo de Jesús, "comer la carne de alguien" en sentido simbólico era
asociado con la persecución, la violencia, la traición y la matanza: Vosotros
que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les quitáis su piel y su
carne de sobre los huesos; que coméis asimismo la carne de mi pueblo, y
les desolláis su piel de sobre ellos, y les quebrantáis los huesos y
los rompéis como para el caldero, y como carnes en olla (Mi 3, 2-3). Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron (Sal 27, 2). Cada
uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre, y comerá a la
izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la carne de su brazo (Is 9, 20) Y
a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre
serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jehová
soy Salvador tuyo..(Is 49, 26). (Ver 2 S 23, 15-17 y Ap 17, 6 y 16). Si Jesús habló figuradamente estaría diciendo: Yo
les aseguro que a menos que ustedes persigan, traicionen y maten no
tienen vida. El que comete la violencia tiene vida eterna y lo
resucitaré en el día postrero.
Algunos hermanos añaden que no pueden ser literales porque Jesús dice que el espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha
(Jn 6, 63). Pero Jesús no dice "mi carne" no aprovecha sino "la carne".
En la Biblia "carne" se refiere no solamente al cuerpo físico de un ser
humano sino también al pecado en comparación con la vida del Espíritu: Porque
mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por
la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte (Ro 7, 5 y 1 Co 2, 14-3,4).
No andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los
que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son
del Espíritu, en las cosas del Espíritu (Ro 8, 4-5).
Jesús no estaba ofreciendo comer su cuerpo en ese momento. Esto hubiera sido canibalismo(5). Lo que decía era que por el poder del Espíritu Santo -el espíritu es el que da vida-
pronto su cuerpo sería glorificado. Recuerda que el contexto del
capítulo es la Pascua (Jn 6, 4). Él estaba apuntando al momento después
de su muerte cuando daría a sus discípulos su cuerpo transformado por
el Espíritu para "la vida del mundo". Porque el espíritu da vida: el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo (Jn 6, 51)(6).
En la misa no
es el cuerpo de Jesús-hombre como tú y yo lo que recibimos sino el
cuerpo del Cristo glorificado. Cristo no sufre más, no hay sangre de
glóbulos rojos y blancos. Por eso decimos "Cuerpo de Cristo" no "Cuerpo
de Jesús". Como el Sumo Sacerdote lo hizo en la Última Cena, en la misa
el sacerdote representando a Cristo, pronuncia sobre el pan y el vino
las mismas palabras: Esto es mi cuerpo, esto es mi sangre. Y el Espíritu da vida: Y las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida
(Jn 6, 63). Este mismo Espíritu que dio vida a la Creación (Gn 1, 2) y
formó la vida del Mesías en el seno de María, transforma el pan en
cuerpo de Cristo.
El citar a
Jesús "mis palabras son espíritu y vida" para afirmar que las palabras
de Jesús son simbólicas no tiene sentido cuando reflexionamos: las
palabras de Jesús son espíritu y vida, por supuesto. Pero no todas son
simbólicas.
Cuando Dios dice una cosa acontece (Is 55, 11). Su palabra es efectiva: Esto es mi cuerpo (Mc
14, 22-24). No dijo "Esto simboliza mi cuerpo" sino "Esto ES". Habiendo
dicho Cristo "éste es mi cuerpo", ¿quién va a decir: "No, Señor, éste
no es tu cuerpo. Es pan, no más"? Decir: "esto es mi casa, esto es mi
amigo" no quiere decir "esto es símbolo de mi casa, símbolo de mi amigo"(7) . Por 1,500 años, hasta después de Lutero, nadie discutió esta creencia.
Es un
milagro, y no es por casualidad que Jesucristo hizo este discurso
después de la multiplicación de panes. El milagro para alimentar el
cuerpo. Ahora quiso alimentar el alma.
Me
buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el
pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la
comida que da vida eterna y permanece, la cual el Hijo del Hombre os
dará...(Jn 6, 26-27). Nuestros padres comieron el maná en
el desierto.... Jesús les dijo:... No os dio Moisés el pan del cielo,
mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo (Jn 6, 31-32).
Jesús afirmó que la comida que daría es superior al pan multiplicado y
al maná (vv. 31-32). Si el pan y vino no se convierten en el Cuerpo y
Sangre de Cristo, estas palabras son mentiras. El pan y el vino normal
no son mejores que el maná y lo que alimentó milagrosamente a cinco mil
varones.
Al fin y al
cabo, si es como dicen los hermanos: que Cristo no hablaba de su propia
carne porque "la carne para nada aprovecha" (v. 63) entonces todo el
capítulo NO TIENE SENTIDO. Tendríamos que comprender que, a pesar de
que Jesús acaba de mandar a sus discípulos comer su carne, luego dice
que hacer esto ¡no tiene sentido ("nada aprovecha")! "Come mi carne
pero verás que es una pérdida de tiempo". ¿Es esto lo que está diciendo
Jesús? Por supuesto que no. La frase las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida
NO QUIERE DECIR "lo que acabo de decir es simbólico". La palabra
"espíritu" nunca se toma así en la Biblia. Además, si Jesús aclara que
estaba hablando en símbolos y que -"la carne [literalmente hablando]
nada aprovecha"- ¿por qué sin embargo sus discípulos lo dejaron? Es
importante notar también que en la Última Cena Jesús utiliza la palabra
cuerpo. "Esto es "mi cuerpo", y no carne. Esto hace que el asunto sea
más claro todavía porque en el pensamiento judío, no hay dualismo entre
cuerpo y alma. "Mi cuerpo" quiere decir la persona en su totalidad. "Esto es mi cuerpo" significa "esto soy Yo".
En Lucas 22, 19 leemos: haced esto en memoria de mí.
Los evangélicos piensan que esto quiere decir que celebrar la Cena no
es nada más que un recuerdo intelectual, recordando lo que hizo Jesús
aquella noche. Para ellos Él está presente sólo espiritualmente por la
"comunión" de los creyentes cuando celebran juntos.
Pero tenemos
que comprender que Jesús estaba celebrando la Pascua, y para los judíos
"hacer memoria" no es solamente recordar un hecho histórico, un
recuerdo de algo pasado, sino un REVIVIR. Un "memorial" para los
cristianos y judíos es una proclamación eficaz de la obra poderosa que
Dios hace de nuevo. Significa que el acontecimiento irrepetible del
Calvario se hace realidad en el presente por medio del Espíritu Santo.
En el altar, el pan y el vino no quedan solamente como símbolos, sino
que se convierten en el Jesucristo de aquel primer viernes santo en el
lugar de la Calavera (Mr 15, 21). (Ver siguiente capítulo.) Es algo del
pasado que entra espiritualmente en el presente como lo expresa la
palabra griega ANAMNESIS (1 Co 11, 25).
En Exodo 24, 8 leemos: Entonces
Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la
sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas
cosas. Prefiguran las palabras de Jesús cuando tomó el vino: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados
(Mt 26, 27-28). Para completar el pacto, Moisés utilizó sangre de
cordero y no un símbolo de ella. Igual cuando Jesús, el Cordero de
Dios, firmó el Nuevo Pacto en su sangre. Es importante notar que el
único lugar donde Jesús habla del Nuevo Pacto en su sangre es en la
Última Cena cuando compartió la copa de vino(8).
¿Cómo entendió Pablo las palabras de Jesús?(9)
De
manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa
indignamente será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor (1 Co 11, 27). O bien, la Versión Latinoamericana: Si alguien come el pan y bebe de la copa del Señor indignamente, peca contra el cuerpo y la sangre del Señor.
Pablo estaba
hablando de la celebración de la Cena del Señor. Y pecar contra el pan
es pecar contra el cuerpo (no contra el pan). Pecar contra la copa, es
pecar contra la Sangre y (no contra la copa). El pan es el cuerpo.
Pecar contra Dios es pecar contra el Creador, porque Dios y Creador son
iguales". ¿Cómo podría ser tan grande el pecado vinculado con "comer"
si solamente fuera pan y vino? (Ver v. 29 en adelante.) El Creador no
nos da solamente "cositas que simbolizan". Él mandó a su hijo para
tomar nuestra pobre carne y el hijo nos da de sí mismo. ¡Qué gran amor!
En v. 29 Pablo utiliza la palabra DIAKRINO (discernir)(10): el que come y bebe indignamente sin discernir el cuerpo del Señor, juicio...
Entonces, los corintios, no estaban discerniendo o estaban dudando que
era el cuerpo de Jesucristo. Si no fuera así tendríamos que
preguntarnos, ¿por qué ser juzgados con enfermedad y muerte espiritual
(v. 30) si fuera solamente del pan que abusaban? Pablo dice que eran
culpables de pecar contra el cuerpo y la sangre de Cristo (v. 27), pero
¿cómo si no estaba presente físicamente en la comida? Pablo no dice que
pecan en contra de la Cena del Señor. No se puede pecar en contra si no
se está presente. La conclusión es clara: el que come indignamente es
culpable en cuanto a lo que come.
La copa
de bendición que bendecimos ¿no es la comunión de la sangre de Cristo
pan que partimos ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? (1 Co 10, 16)
Un folleto llamado Roman Catholics and Communion (los católicos romanos y la comunión) del grupo Evangelical Outreach
argumenta que si fuera cierto que Jn 6, 53 es interpretado
literalmente, que comer su carne y beber su sangre da vida eterna,
entonces ¿cómo pudo haber sido salvado Zaqueo (Lc 19, 9) si la comunión
fue instituida solamente en la Última Cena (Lc 22, 15-20)? Para la
Iglesia católica esta pregunta es igual que preguntar cómo los
Patriarcas del AT pudieron salvarse sin conocer y creer en Jesucristo.
La respuesta es que Dios no pide lo imposible como por e.j. creer en
Cristo antes de que Él naciera, comulgar antes de instituir la comunión
(en el caso de Zaqueo), o que, un retardado crea en Cristo para
salvarse cuando no tiene la capacidad mental. Jesús no pediría al
"buen" ladrón bautizarse cuando no podía (Lc 23, 42-43). Este folleto
dice que la hostia DEBE tener sabor de carne si de verás lo es. Pero
este argumento es cómo decir que Jesús debe haber parecido
Dios-Omnipresente cuando estuvo en la tierra y no como un judío regular
si de verás lo era. Si embargo, apareció como un hombre cualquiera.
¿Quiénes somos nosotros al decir cómo Dios debe o no actuar? Si Él
quiere que la hostia siga con el mismo sabor es su deseo.
Previsto en el AT
Es muy
importante leer Éxodo 12, 11ss para entender lo que hacía y pensaba
Jesús al celebrar la Última Cena durante la fiesta de la Pascua.
Cada año los judíos reviven la huida de Egipto cuando celebran la pascua en sus casas siguiendo las órdenes de Dios: Habló
Jehová a Moisés...en el día diez de este mes tómese cada uno un
cordero.. .y tomarán de la sangre y la pondrán en los dos postes y en
el dintel de las casa... Y aquella noche comerán la carne... y panes
sin levadura... Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro
calzado en vuestros pies y vuestro bastón en vuestra mano; y lo
comeréis apresuradamente; Es la Pascua de Jehová (Ex 12, 1-11). ¡ Literalmente carne de cordero y sangre viva!
Para el judío esta fiesta y la manera de celebrarla es costumbre perpetua por mandato de Jehová (Ex 12, 17).
¿Por qué
comer apresuradamente como manda Dios, si hoy en día el judío no tiene
que huir de los egipcios? Es que está reviviendo el acontecimiento. Es
así como los católicos cuando celebramos la misa, revivimos la Ultima
Cena, la Nueva Pascua cuando salimos de la esclavitud del pecado. Y
como vimos arriba, es más que un recuerdo intelectual. No es el mismo
significado de una fiesta nacional en la que uno simplemente recuerda
el pasado pero no lo revive, no hace presente un acontecimiento pasado.
Nuestra Pascua es diferente: ES REVIVIR LA ULTIMA CENA, un encuentro
con Jesús EN SU PLENITUD en la "Fracción del Pan"(Lc 24, 30-31).
Sacia al alma menesterosa, y llena de bien el alma hambrienta (Sal 107, 9). Bienaventurado aquel... cuya esperanza está en Jehová su Dios... que da pan a los hambrientos (Sal 146, 5-7).
¿Cómo se
sentiría si teniendo hambre, el papá de un niño le diera una manzana
artificial (de cera o de madera) que simboliza una fruta verdadera?
¡Terrible!, Jesús dijo: ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo
le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una
serpiente? pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿CUANTO MAS vuestro Padre que está en los cielos dará
buenas cosas a los que le pidan? (Mt 7, 9-11). Sin embargo los
hermanos dicen que Jesús nos da sólo un símbolo del Pan del Cielo. Si
decimos que tenemos hambre, y si Jesús nos dice: Trabajad, por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo os dará ...y el pan que yo daré es mi carne (Jn
6, 27- 51). ¿Nos dará algo artificial que solamente es un símbolo lo
simboliza como la manzana de cera que sólo representa la comida
verdadera? Señor tenemos hambre de tí ¿Qué padre hay de vosotros que si su hijo le pide pan... cuánto más vuestro Padre dará buenas cosas...
Hermano, tal vez como los judíos piensas que es dura esta palabra, ¿quién la puede oír?. Creer en Jesús, es un acto de fe y de la voluntad, no de la sabiduría del hombre dice Pablo (1 Co 1, 19)(11).
Si sigues apartándote de la Iglesia que Cristo fundó, sigues el ejemplo
de algunos de los discípulos que también se apartaron de Jesús en aquel
día (Jn 6, 66). Mejor es seguir a Pedro, el líder de los Apóstoles y de
nosotros como quiere Jesús (Jn 21, 15-17; Mt 16, 18-19). Vuelve a la
Iglesia verdadera porque Jesús mismo dijo el que comiere mi carne y bebiere mi sangre TIENE VIDA ETERNA. Si el maná del AT, algo milagroso pero solamente pan, fue llamado trigo de los cielos y pan de nobles (Sal 78, 24-25), ¡cuánto más es el Pan Bajado del Cielo: Jesucristo!
En resumen,
podemos decir que hay un sentido profundamente espiritual en Juan 6:
Jesús es el pan espiritual enviado por el Padre. Dándonos su carne
apunta a su muerte en la cruz. La vida eterna es la fuerza que empuja
las palabras de este capítulo (Jn 6). Pero la gloria de la cristiandad
es que no solamente se presenta simbólicamente, sino físicamente
también. Porque somos físicos, Dios ofrece esta dimensión a nuestra fe
para bendecirnos. Por eso tomamos parte del sacrificio de Cristo no
solamente al creer en Jesús con nuestra mente sino también al recibir
su cuerpo. Como en un matrimonio cristiano los dos son una sola carne (Mr
10, 8), así es con Cristo y su esposa la Iglesia (Ef 5, 31-32). Cristo
físicamente entra en nosotros y llega a ser uno con nosotros. Puede
parecer ridículo pero como dice Pablo, Dios utiliza cosas absurdas que para los gentiles son locura (1 Co 1, 23).
Jesús usó vino y no jugo de uva
Muchos
hermanos tratan de convencernos de que Jesús tomó un tipo de vino sin
alcohol llamado "mosto", esto porque condena todo uso de licor, y hasta
condenan a los católicos por ser borrachos. Pero ¿qué dice la Palabra
de Dios?
La promesa de Dios incluía una tierra con vino. Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite (Jl 2, 24).
Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos
banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados...
(Is 25, 6. Ver Neh 8,10). Dios sabe distinguir entre el bien y el mal
uso del vino, aprueba el bien uso. Además si fuera solamente "jugo de
uva" ¿cómo Isaías podría hablar de "vinos refinados" (otras
traducciones: "vinos exquisitos")? También el Apóstol Pablo habla de
usar vino para enfermedades: Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades (1 Ti 5, 23).
Si Jesús no
quería que tomáramos vino ¿por qué cambiar el agua en vino en las bodas
de Caná? (Jn 2). En las bodas judías, la fiesta duraba por lo menos una
semana, Gn 29, 27 y Jue 14, 10-12.) ¡Jesús duplicó la cantidad de
vino!. No es correcto decir que este vino no tenía alcohol. Se usa aquí
la misma palabra griega OINOS que Pablo utiliza para decir que no se
debe uno emborrachar; también la utilizó para condenar a los corintios
por embriagarse en la Cena del Señor, (aunque tomar con moderación no
era malo: Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis?...
(1 Co 11, 20-22). Quiere decir que este "vino" tiene alcohol. Si no,
¿porqué prohibir embriagarse si es solamente jugo de uva? En Juan
2,7-10, la palabra vino es la misma palabra griega que usa Pablo en su
primera carta a Timoteo (3, 8 y 5, 23). ¡El maestresala (mayordomo) de
la boda no hubiera dicho qué buen vino era éste si hubiese sido
solamente jugo!.
El teólogo biblista de las Asambleas de Dios, Stanley M. Horton dice: que mosto es "vino nuevo, no es jugo de uvas, sino una palabra que significa un vino especialmente intoxicante, el que se hace de uvas dulces" (El Espíritu Santo revelado en la Biblia, Edit Vida, USA, 1976, 1992, edic. revisada). ¡Esta frase viene de uno que está en contra de tomar!
Jesús no se emborrachó, pero sí tomó vino. Los fariseos lo criticaron por no ayunar, hasta le llamaron un comilón, y bebedor de vino (Mt 11, 19). No lo hubieran criticado por tomar vino si nunca lo hubiese bebido. Vemos el contraste con Juan que no tomaba: Vino Juan, que no comía ni bebía (como los evangélicos), y dicen: Demonio tiene. Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino (Mt 11, 18-19).
Es claro que
la Biblia condena las borracheras (Gá 5, 21; Ef 5, 18). Pero dice otras
cosas sobre el uso de vino también. En el Salmo 10,15 leemos que Dios
hace producir el vino que alegra el corazón del hombre. El tomar vino no es igual que el emborracharse. Es la cantidad excesiva lo que es malo. Los diáconos no deben tomar demasiado vino: no dados a mucho vino, dice Pablo (1 Ti 3, 8).
La Iglesia
católica está contra la borrachera (pero no contra la persona); su
sabiduría y su madurez le permite distinguir entre su buen y mal uso.
La Biblia dice que juzgar y criticar al borracho es peor que la borrachera misma (Gn
9, 21-27). Al citar a Gálatas 5, 20-21 para criticar a los católicos
que se emborrachan, los hermanos olvidan que Pablo también condenó a la
vez sectarismo y divisiones (versión Latinoamericana), divisiones y partidismos (Dios Habla Hoy).
Venid, comed mi pan, y bebed del vino... (Pr 9, 5).
Y puse delante de ellos la comida (Os 11, 4).
Los testigos
de Jehová celebran su "cena" solamente una vez al año, los
presbiterianos cuatro veces al año, los bautistas en general cada mes.
Pero la Iglesia sigue a los primeros cristianos que celebraban cada
semana (Hch 20, 7 - el primer día de la semana). No pierdas ninguna
otra semana sin poder comer el pan de vida que desde el primer siglo
comen los cristianos.
"No
soy católico romano porque, como evangélico, creo que la participación
de la Cena del Señor (o Santa Cena) es una conmemoración simbólica de
la muerte de Cristo... y por lo tanto nunca podría creer en las
increíbles aserciones de la Iglesia Católica de que sus sacerdotes
tienen el poder misterioso de cambiar pan y vino ordinarios en la misma
carne y sangre del Señor Jesucristo"(12) .
Ahora sabemos
que esta manera de entender la creencia católica es incorrecta. No es
el sacerdote que hace el milagro sino el Espíritu Santo mismo por medio
de él. No es que creamos porque entendamos cómo es que el pan se
convierte en el cuerpo de Cristo. Creemos porque Jesús lo dijo: Él tiene palabras de vida eterna.
¿Qué dice la Iglesia Primitiva?
La verdadera presencia de Cristo
Ignacio de Antioquía (110 d.C.):
Carta a los romanos, 7:3, "el pan es la carne de Jesucristo, el vino la sangre".
Carta a los Esmirniotas, 6:2-7:1, "algunos malos se apartan de la iglesia por no confesar que la Eucaristía es la carne de nuestro salvador Jesucristo, la misma que padeció por nuestros pecados"
Didajé (9): Las oraciones del ofertorio de la misa vienen de éste capítulo. (14): La misa es "un sacrificio puro. " Este es el sacrificio del que dijo el Señor 'En todo lugar y en todo tiempo se me ofrece un sacrificio puro porque yo soy Rey Grande"
Justino Martir (151 d.C.): Primera Apología 65,66.Justino describe la Misa Católica que celebraron en aquel tiempo. En el capítulo 66 Justino dice, que el pan no es cualquier pan ni el vino cualquier bebida, sino Jesús que por el poder de su palabra nos alimenta con su cuerpo y su sangre, el mismo cuerpo y sangre de nuestra naturaleza que él toma al hacerse hombre. "Porque recibimos de los Apóstoles que Jesús dijo "Esto es mi sangre' y se les dio".
Ireneo (189 d.C.): Contra las herejías, 4:32-33, : "El vino y el pan, al recibir las palabras de la consagración, se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo".
Clemente de Alejandría (191 d.C.): El Pedagogo, 1:6:43:3.
Tertuliano (210 d.C.): La Resurrección de los muertos, 8.
Hipólito (217 d.C.): Fragmento del Comentario sobre proverbios.
Eusebio: Pruebas del Evangelio.
Orígenes (248 d.C.): Homilías sobre Números, 7:2.
Tertuliano: Sobre la oración, La Resurrección del cuerpo, La corona
Cipriano (251 d.C.): Epístola a los que dejaron de asistir, 15-16.
Concilio de Nicea I (325 d.C.), Canon 18.
Afraates (340 d.C.): Tratados, 12:6.
Cirilo de Jerusalén (350): Lecturas catequéticas, 19:7 y 22:6-9."No hubo verdadera controversia (sobre la verdadera presencia de Cristo en la Misa) en los diez primeros siglos de la iglesia (p xiii).
"La fe de todos los tiempos es la misma. A principios del siglo II, San Ignacio de Antioquía expresaba la fe común, en contraposición al error doceta con la expresión gráfica de que la Eucaristía es <> (Carta a los Esmirneos). "Cirilonas (siglo IV): "el pan convertido en el verdadero cuerpo de Jesús, de modo tan real que en aquella última cena Jesús.. se elevó a sí mismo por amor y mantuvo levantado su propio cuerpo en sus manos". (Himnos Homilías sobre la Pascua de Cristo #1)"El carácter sacrificial (de la Eucaristía) está indicado manifestamente en la Sagrada Escritura. Nos encontramos, en efecto, con expresiones típicamente sacrificales, principalmente a propósito de la sangre, la cual se dice: <> (Mt 26,28)... Mayor fuerza tiene el que San Lucas diga < > es derramado (22,20), pues así más claramente aparece que no se trata de la sangre derramada en la cruz, sino de la sangre contenida en el cáliz. Se trata, por tanto, del sacrificio ofrecido por Jesús en la última cena en indisoluble unión con el sacrificio de la cruz" (p 21). Del Libro Textos Eucarísticos Primitivos Tomo I (de los evangelios hasta fines del Siglo iv). J Desús Solano, Editorial B.A.C., España, 1952.El erudito protestante, J. N. D. Kelly admite que "la enseñanza Eucarística, desde el principio era realísticamente sin cuestionamientos, es decir que el pan y vino consagrados fueron tomados y tratados y designados como el Cuerpo y Sangre del Salvador... Ignacio (de Antioquía) claramente declara que el pan es la Carne de Jesús, la copa su Sangre... Enseña que el pan y el vino son verdaderamente el Cuerpo y Sangre del Señor" (Early Christian Doctrines, pp. 440, 197-198
Banquete y Sacrificio
La Misa (o
Eucaristía) es el culto principal de la Iglesia. Esta celebración se
deriva de la Última Cena, y está dividida en dos partes: la Palabra de
Dios, AT y NT, y el partimiento, la fracción del pan mencionada en
Hechos 2, 42. Un modelo de esta celebración es el de Jesús con los
discípulos de Emaús. Les explicó que el AT refería a él, y después
celebró con ellos la fracción del pan (Lc 24, 27-30). Vemos a los
primeros cristianos siguiendo este ejemplo: El primer día de la
semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba
habiendo de salir al día siguiente.... Después de haber subido y
partido el pan y comido habló largamente hasta el alba; y así salió (Hch 20, 7-11).
Un Sacrificio
"En
este sacramento (La Cena del Señor) Cristo no es ofrecido a su Padre,
ni se hace ningún verdadero sacrificio... solamente es una
conmemoración del único ofrecimiento de sí mismo y por sí mismo en la
cruz... Así que el sacrificio papal de la misa, como ellos le llaman,
[¿dónde?] es la injuria más abominable al único sacrificio de Cristo,
la única propiciación por todos los pecados de los elegidos" (Confesión de Westminster, Cap. 29, art. B).
La Iglesia
Católica enseña que la misa además de ser un banquete de acción de
gracias ("Eucaristía"), es también un sacrificio.
Los hermanos,
citando Hebreos 9, 27-28 argumentan que no puede ser un sacrificio
porque éste sucedió una sola vez en el Calvario. La Iglesia está de
acuerdo que Jesús murió una sola vez para siempre.
El Sacrificio de Cristo en la cruz fue único y suficiente
para expiar los pecados de todos, y no se le puede repetir. Pero hay
más sobre el sacrificio de Jesucristo. Es más preciso decir que su
muerte aconteció una sóla vez y no volvió a repetirse. Pero veremos que
la misa revive, reactualizando (hace presente de nuevo) el Sacrificio.
Jesús no muere pero la misa es un verdadero sacrificio que aplica a los
hombres los frutos del calvario. Es una actualización sacramental de
este mismo sacrificio.
La Última Cena del Señor y el Calvario forman una unidad(13)
La Última
Cena sucedió durante la fiesta de la Pascua (Mc 14, 1). Jesús hubiera
podido celebrar la Cena otro día, pero lo hizo durante esta fiesta. Y
le dio un nuevo sentido. Para entender la Última Cena (Misa), tenemos
que saber qué hizo Jesús.
La Pascua se
celebraba cada año. Todavía la celebran los judíos. Es la conmemoración
de la liberación de los israelitas de la esclavitud en Egipto. El ángel
de la muerte pasó por encima de cada casa que fue untada con la sangre
de un cordero. Después la familia comió el cordero. No fue suficiente
untar el dintel de la casa con la sangre. Tuvieron que comer: Y aquella noche comerán la carne asada al fuego y panes sin levadura
(Ex 12, 8). El cordero tuvo que ser sin defecto (v. 5) como prefigura
de Jesús, el Cordero de Dios (Jn 1, 36) quien también es sin mancha. En
esta celebración Dios realizó una alianza, un pacto con su pueblo.
En Exodo 24, 7-8 se narra que Moisés roció el pueblo con la sangre del cordero para sellar este pacto.
Ahora Jesús
celebró esta misma fiesta pero la transformó. Es su sangre la que
salvaría de la muerte del pecado, no la del cordero. El pan que se usa
en la fiesta de Pascua (y en la misa) es pan sin levadura (Mc 14, 1).
Con el pan en sus manos, Jesús dijo: Esto es mi cuerpo.
Recordemos lo que ya hemos dicho sobre el capítulo seis de Juan, el
discurso de Jesús sobre comer su cuerpo se dio cercano a la Pascua (Jn
6, 41). Se puede ver en ésto el vínculo entre el discurso y la
celebración de la Última Cena. Esto es mi sangre del nuevo pacto (Mc 14, 24 y 1 Co 11, 25) alude al Antiguo Pacto de Éxodo 24.
Cuatro copas
Entraban en
la celebración de Pascua más de una copa de vino, como vemos en Lucas
22, 17-20. Si hoy celebras la Pascua con una familia judía, la
celebrarán con cuatro copas(14). Fue la tercera copa
de vino que Jesús cambió en su sangre. Así Pablo identifica la copa de
bendición con la Eucaristía en 1 Co 10, 16. Él dijo algo que hubiera
sorprendido a los apóstoles: no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios
(Mc 14, 25). Qué sorpresa para los Apóstoles, porque ellos sabían que
todavía quedaba otra copa en la fiesta pascual, pero Jesús no la tomó.
¿Dónde está la última copa para terminar la fiesta de Pascua? La fiesta
que Jesús celebraba en la Última Cena no había terminado. Le daría otro sentido a "la copa" y a la fiesta.
La cuarta
En Marcos 14, 36 Jesús dijo: Padre aparta de mí esta copa. Aquí está la otra copa de la cual Jesús habló: La copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?
(Jn 18, 11). Es el sufrimiento y muerte en la Cruz. La celebración de
la Última Cena continúa en la Pasión del Señor. El Calvario terminaría
la Pascua (y la Cena). Sería un sólo acto de Sacrificio Pascual. El
Calvario representa el sacrificio del Cordero perfecto. La túnica que
llevaba Jesús era como la que usaba el sacerdote judío para los
sacrificios en el templo (Jn 19, 23). Él es el Sacerdote Supremo.
En el camino al calvario los soldados le ofrecieron vino a Jesús (Mr 15, 23) pero no lo tomó. Había dicho que no tomaría hasta aquel día cuando lo bebería en el reino (14, 25). Luego en la cruz Jesús dijo: Tengo sed.
¿Será que de repente Jesús tenía sed? No. Hacía horas que estaba
sufriendo de sed por la pérdida de sangre (y en un clima de desierto).
Pero ahora en la cruz Él quiere terminar la Última Cena (la última copa
de la Pascua), para que la Escritura se cumpliese (Jn 19, 28).
Los soldados le dan vino agrio ("atum" [gr: OXOS] una especie de
vinagre para los solados comunes) y esta vez sí lo bebe (Jn 19, 29). Se
lo dan con una rama de hisopo, igual a la que usaron cuando untaron la
casa con sangre del cordero (Ex 12, 12). Luego Jesús dice (todo) consumado es.
¿Qué es "consumado" si Jesús no ha resucitado todavía? El fue
resucitado para nuestra justificación dice Pablo (Ro 4, 25). Es la
Última Cena de la Pascua la que está concluida. Y es de notar que el
nombre de la cuarta copa era "la Copa de Consumación", y lo que dijo
Jesús (en hebreo) es exactamente lo que decía el padre de la familia
cuando terminaba la cuarta copa.
La Pascua
celebraba el acontecimiento de la muerte de los primogénitos de los
egipcios. Ahora es Jesús quien es el primogénito sacrificado para
salvar, no solamente a los judíos, sino a todo el mundo. El es la
Pascua que nos libera (1 Co 5, 7) es la sangre del Nuevo Pacto que por
muchos es derramada (Mr 14, 24). Pero no terminó la fiesta en la mesa.
Para los
judíos no era suficiente untar la puerta para salvarse, había que
comer. Y nosotros, los del Nuevo Pacto, tenemos que celebrarlo también:
Haced esto en memoria de mí (1 Co 11, 24). Y no es por
casualidad que la Palabra de Dios vincula "recordar/hacer memoria" con
"sacrificio" en Heb 10, 3. Los únicos dos lugares donde se habla del
holocausto -Lv 24, 7 y Nm 10, 10 (tópicos en Sal 37 y 39)- hacen un
enlace entre pan y sacrificio.
Por eso Pablo dice: que celebremos la fiesta (1 Co 5, 8) para mantener presente el sacrificio. O como lo dijo Jesús el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna
(Jn 6, 54). Para salvarse de la muerte los judíos en Egipto no comieron
una cosa que representaba un cordero. Comieron cordero. Tampoco creen
los católicos que comen solamente un símbolo del Cordero de Dios.
Moisés no roció algo que simboliza sangre de cordero (Ex 24, 8).
Jesucristo es
nuestro sacrificio, fue sacrificado una vez en el Calvario, pero
tenemos que comer su cuerpo para cumplir la Alianza. La Última Cena fue
un revivir la Pascua . La misa católica es un revivir la Última Cena.
No es solamente un recuerdo. La misa no es "otro sacrificio" sino la
participación en el mismo y único sacrificio de Cristo en la cruz,
igual como la Pascua para los judíos hoy es participar en aquella noche
cuando celebraban su liberación de Egipto. El pasado es hecho presente
-ANAMNESIS- haced esto en memoria mía.
Tenemos que
distinguir entre la muerte de Cristo, y el sacrificio en la Cruz. La
Iglesia Católica sabe que Cristo murió de una vez para siempre. No
muere en la misa. Pero su sacrificio es hecho presente en cada una. La
santa Cena está infinitamente vinculada con el sacrificio del calvario.
Todas las veces que comiéreis este pan, y bebiéreis esta copa, la muerte del Señor anuncias hasta que él venga (1 Co 11,26).
Juan presencia la misa celestial
Era un domingo, el día del Señor (Ap 1, 10) cuando el autor del Apocalipsis vió a Jesús: Y miré, y vi que en medio del trono... estaba en pie un Cordero como inmolado
(Ap 5, 5-6). ¿Cómo vio Juan a Jesús? ¿Cómo rey triunfante? ¿Cómo el
León de Juda? Lo vio en su gloria como un cordero inmolado.
Espiritualmente, el sacrificio sigue. La misa refleja y participa en
esta celebración celestial como decían los Padres de la Iglesia
primitiva. El autor de la carta a los Hebreos habla de la posibilidad
de que Jesús sea sacrificado "nuevamente" por nuestros pecados: y
recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento crucificando de
nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio (He 6,6). En la Biblia, Dios Habla Hoy, leemos: porque ellos mismos están crucificando otra vez al Hijo de Dios y exponiéndolo a la burla. Obviamente Jesús no es crucificado de manera igual al Calvario. El sentido es espiritual.
Nosotros participamos en esta copa, este sacrificio: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero (Ro 8, 36). ¿Podéis beber de la copa que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? preguntó Jesús (Mr 10, 38). Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí (Ga 2, 20).
Jesús claramente se refiere al sacrificio durante la Cena: la copa es el nuevo pacto en mi sangre
(1 Co 11, 25. Ver Jeremías 31, 31). El selló el Nuevo Pacto entre Dios
y el pueblo con su sangre. El nuevo sacrificio en la sangre de Cristo
es eficaz para sellar el Nuevo Pacto como el sacrificio de animales lo
era para el Antiguo Pacto (Ver 1 Co 10, 14-21). Es por medio de la
Eucaristía que Pablo entiende cómo se cumplió la profecía de Malaquías
de que "la mesa del Señor" en Jerusalén será reemplazada por el
sacrificio Cristiano, la nueva "mesa del Señor": Por tanto, amados
míos, huid de la idolatría .... Mirad a Israel según la carne; los que
comen de los sacrificios, ¿no son partícipes del altar? ¿Qué digo,
pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los
ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios
sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes
con los demonios. No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los
demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de
los demonios (1 Cor 10, 14 y 18-21). Nota como Pablo ubica los
sacrificios en el Templo Judío, los sacrificios paganos, y la
Eucaristía en la misma categoría: mesas sacrificiales, altares a los
cuales la gente participa por comer los sacrificios y así comulgar con
la divinidad.
Otro enlace
entre la Última Cena y la Cruz es el agua y la sangre que salieron del
costado del Crucificado que la Iglesia primitiva entendió como símbolos
representando el Bautismo y la Eucaristía.
El
Apocalipsis muestra al Cordero inmolado de pie (Ap 5, 5). Inmolado,
como sacrificado, no es sinónimo de muerto. Pablo dijo: Hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios (Ro 12, 1). La fiesta de la Pascua es eterna: Celebramos la fiesta (1 Co 5, 8). La Misa cumple la profecía de que la Pascua sería eterna según: dijo Dios a los israelitas: Y
este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para
Jehová durante vuestras generaciones;... por estatuto perpetuo lo
celebraréis... Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura... en
vuestras generaciones por costumbre perpetua (Ex 12,14-17).
Los hermanos
citan la Carta a los Hebreos para decir que no hay otro sacrificio. Que
el sacrificio de Cristo en la cruz fue de una vez para siempre. ESTAMOS
DE ACUERDO. Pero mirando más la carta a los hebreos ¿qué vemos?:
1) Hebreos pone al lado el sacrificio levítico
del AT, no el sacrificio memorial de Cristo instituído en la Última
Cena. Los sacrificios levíticos eran parte de la Ley (He 7, 11, 18 y
28). El contexto de Hebreos 7 a 9 no se opone al sacrificio de Cristo
sino del levítico.
2)
El sacrificio memorial de Cristo no está bajo la Ley sino dentro de la
promesa o juramento de Dios (He 7, 20-21) (Nota: "sacramento" viene de
la palabra de latina para juramento). Es la misma distinción entre Ley
y promesa que encontramos en Ro 4, 13-17; Gá 3, 15-22.)
3) Puesto que Cristo es "sacerdote para siempre" su oficio de ofrecer sacrificio continúa: viviendo siempre para interceder (He
7, 25). Hermano, si todos tus pecados son perdonados y estás salvado
para siempre, ¿por qué Jesucristo sigue intercediendo por tí? (Ver tema
19). La Biblia dice: Y él es la propiciación por nuestros pecados (la misma palabra utilizada en Ro 3, 25 donde habla de Cristo ofreciéndose como sacrificio por los pecados. Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre (1 Jn 2, 1). No es solo de una vez para siempre. Su ministerio de propiciación por nuestros pecados sigue.
4)
La primera intercesión al Padre tuvo lugar en la cruz. Su intercesión
continúa en el sacrificio memorial. NO ES UN NUEVO SACRIFICIO sino el
mismo sacrificio pero de una manera no sangrienta. Sacrificio no quiere
decir morir sino ofrecerse a sí mismo (presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, Ro 12, 1)(15)..
Es decir Cristo no derrama su sangre cómo lo hizo en el Calvario, sin
embargo se ofrece al Padre en la Eucaristía. Cristo murió en la cruz
"una vez para siempre" (He 7, 27), es decir para toda la humanidad en
toda la eternidad. No va volver al Calvario para morir. Pero la
re-presentación (hacer presente) de este sacrificio es ofrecida al
Padre por su sacerdocio eterno.
5)
La palabra "memoria" o "conmemoración" que utiliza Jesús en la Última
Cena (Lc 22, 19; 1 Co 11, 24-25) es la palabra ANAMNESIS, que traduce
la palabra hebrea AZKARAH (utilizada siete veces en el AT para referir
a los sacrificios: Lv 2, 2, 9, 16; 5, 12; 6, 15 y Nm 5, 26) en la
Septuaginta. Es significativo que ANAMNESIS sea solamente utilizada
cuatro veces en el NT, la cuarta en He 10, 3 refiriendo a un sacrificio
memorial(16). El uso de ANAMNESIS por Jesús en Lc 22,
19 subraya, entonces, la dimensión de sacrificio de la Eucaristía.
Jesús está diciendo: cuando hagan esto, hacedlo en sacrificio memorial de mí.
6)
El uso de ANAMNESIS en Lc 22, 19 es aún más significante porque subraya
el aspecto de sacrificio puesto que existía otra palabra griega que
Lucas hubiera podido utilizar para un memorial no de sacrificio:
MNEMOSUNON (ver Mt 26, 13; Mr 14, 9; Hch 10, 4).
7)
Si tomamos el argumento protestante que "no hay más sacrificio" después
de la Cruz, entonces no debemos obedecer la Palabra de Dios que nos
dice "hacer (ofrecer) sacrificios": de nuestro cuerpo (Ro 12, 1), de
nuestros donativos (Fil 4, 18) o de alabanza (He 13, 15-16). ¿Por qué
ofrecer nuestros cuerpos como sacrificio si todo está cumplido en la
Cruz?
En resumen,
la carta a los Hebreos advierte a los recien bautizados que no vuleven
al sacrificio anterior que no trae salvación sino que sigan con la
Pascua Nueva y "no dejen de congregar" (He 10, 25). La implicación es
clara: el sacrificio de la misa -nueva pascua- seguía. Tenemos un altar, [¡no tiene sentido si no hay sacerdotes!] del cual no tiene derecho de comer los que sirven al tabernáculo (He 13, 10). Acordaos de vuestros pastores (Heb 13 7).
Más pruebas bíblicas
El AT predice
que Cristo ofrecería un sacrificio de pan y vino a Dios. Melquisedec,
un sacerdote que prefigura a Cristo ofreció esto y bendijo a Dios (Gn
14, 18-20). Ahora bien, el Salmo 110 dice: tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec
(v. 4). En Hebreos Cristo es este sacerdote (He 5, 5-6). Un sacerdote
es uno que ofrece sacrificio. En el caso de Jesús, Él es a la vez
sacerdote y sacrificio. ¿Dónde se encuentra la forma de sacrificio
eterno ("sacerdote para siempre") de Jesús que sea de acuerdo al
sacrificio ofrecido por Melquisedec y, entonces, distinto del Calvario?
El de Melquisedec era en forma de pan y vino. Los católicos creen que
lo único que cumple esto acontece en la Misa donde Jesús mismo se
ofrece para siempre al Padre en sacrificio bajo la apariencia de pan y
vino.
Vimos que la Última Cena empezó el sacrificio de Jesús culminado en el "altar" de la Cruz(17): Esto es mi cuerpo por vosotros dado.... Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre que por vosotros se derrama
(Lc 22, 19-20). En ambos casos, los verbos -dado y derramado- están en
el presente, lo cual muestra que se refiere no únicamente al sacrificio
de la Cruz. Además "dado/derramado" indica una inmolación en la Cena.
El profeta Malaquías dijo: en todo lugar se ofrece a mi nombre... una ofrenda limpia
(Mal 1, 11). Cristo es la ofrenda limpia. El sacrificio del Calvario
ocurrió una sola vez y en un solo lugar. ¿Qué profetizó Malaquías
entonces? Para los católicos, son las Misas celebradas a toda hora y en
todo el mundo donde se realiza el sacrificio de Cristo profetizado por
Malaquías. Si no es allí, ¿dónde podemos decir que se cumple la
profecía?
Hebreos 9,
25-27 muestra que Jesús no muere más. El ofreció su vida una sola vez,
y fue entronizado como: Rey de justicia... Rey de Paz como Sumo Sacerdote
(He 7, 1-3). Y es exactamente así que el Padre mira el ofrecimiento
perfecto y perpetuo de su Hijo Jesús. Si hubiera terminado no habría
sacrificio eterno: Tú eres sacerdote para siempre (He 5, 6). Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable
(He 7, 23-24). El sacrificio no sangriento de la misa aplica los
méritos de Jesucristo ganados de una vez para siempre en la Cruz.
Aunque no muere más, su Sangre derramada en el Calvario es ofrecida al
Padre perpetuamente por él. Si no, no habría necesidad de un altar aquí
en la tierra como dice Hebreos 13, 10: tenemos un altar del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo (de los judíos) (He 13, 10). ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? (1 Co 9, 13). El sacrificio de una vez para siempre de Jesús es hecho presente encima de nuestros altares en la misa: Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza (He 13, 15).
Al fin y al
cabo los hermanos que se fijan en Hebreos 9 se oponen a la enseñanza
católica del sacrificio en la misa, "No soy católico romano porque,
como evangélico, creo que cuando Cristo murió en la cruz, murió una vez
y para siempre- y por lo tanto yo nunca podría creer la fantástica
herejía de la Iglesia Católica que declara que cada vez que uno de sus
sacerdotes ofrece la misa, Cristo es crucificado nuevamente en ese
altar romanista"(18) .
En el libro Un Católico Investiga el Evangelio
(pp. 21-22) el autor evangélico supone el siguiente diálogo con un
católico: "Voy a suponer que tú eres el Señor Jesús. Estás a la diestra
de Dios, manejando todo los asuntos del Universo. Eres el objeto de la
admiración de millones y millones de ángeles y santos.... Ahora
numerosísimas veces al día llega el mandato de unos ínfimos gusanos de
la tierra: Bájate inmediatamente, Jesús, te quiero sacrificar y comer.
¿Qué te parece? ¿cuál sería tu reacción?" Y el católico contesta: Yo
diría que estaban locos y blasfemos. El evangélico responde entre otras
cosas que, "Cristo diría ya no muero. La muerte no me domina".
Hermano, en
la misa el sacerdote dice: "Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda
santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones (el pan y el
vino) con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros
Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor". El sacerdote no dice: "bájate inmediatamente Jesús te quiero matar".
Es el Espíritu el que realiza el milagro. Además Jesús es omnipresente.
No necesitaría bajar. Por otro lado llamar a los sacerdotes "infimos
gusanos" es faltar al mandamiento del amor.
Para nosotros
es un error en la interpretación. Hebreos 9 examina el Antiguo Pacto.
Moisés toma la sangre de los becerros y machos cabríos para purificar
el tabernáculo (9, 19-25). Bajo la Antigua Ley el sacrificio tuvo que
ser repetido para la remisión de los pecados. En la dispensación
Cristiana, la sangre de Cristo fue derramada una sola vez, pero es
ofrecida continuamente al Padre. ¿Cómo puede ser ésto? Jesús es el mismo ayer, hoy y por los siglos (He 13, 8). De hecho la Biblia dice que el Sacrificio es ofrecido desde la fundación del mundo: El Cordero fue inmolado desde el principio del mundo (Ap 13, 8); éste no está fijo en el tiempo(19).
Lo que Jesús hizo en el pasado es para Dios presente ahora, y Dios
puede hacer que el Sacrificio de Cristo en el Calvario se haga presente
para nosotros en la misa: Todas las veces que comiéreis este pan, y bebiéreis esta copa, la muerte del Señor anuncias hasta que él venga (1 Co 11, 26).
¿Qué dice la Iglesia Primitiva?
La Misa es sacrificio
-
Didaje: Donde cita Mal 1, 11 y 14 y Mt 5, 23-24. -
Clemente: Carta a los Corintios, 44: 4-5. -
Ignacio de Antioquía: Carta a los Filadelfos, 4. -
Justino Martir: Diálogo con Trifón, 41. -
Ireneo (180-199 d.C.): Contra las herejías, 4:17:5 -
Justino Martir: En Diálogo con Trifón escribe que la Misa es un sacrificio, p. 41. -
Cipriano (252 d.C.): Carta de Cipriano a un cierto Cecilo, 53:14. -
Cirilo de Jerusalén (350 d.C:): Lecturas Catequísticas, 23:Mistagógica, 5:8.
P.Daniel Gagnon
(Fuente: Apologética.org)