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viernes, 5 de febrero de 2010

Estas cosas tienen que darse a conocer

Después de algunos días de calma impuesta por el descanso vacacional, retomamos el camino  ya con un año más, y van dos.
Lo que sigue está tomado de "La Buhardilla de Jerónimo" y es merecedor de publicarlo, ya que he escuchado poco y nada sobre este tema en mi pequeño mundo diocesano y parroquial, relativo a la Constitución Apostólica "Anglicanorum coetibus" del Benedicto XVI.
Pues bien, su lectura me exime de otros comentarios.
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El sitio web oficial de la Traditional Anglican Communion (TAC) ha publicado un artículo de Monseñor Peter J. Elliot, obispo auxiliar de Melbourne y delegado de la Conferencia Episcopal Australiana para la implementación de la Constitución Apostólica Anglicanorum coetibus en Australia. Presentamos aquí nuestra traducción.
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Unidos en comunión, pero no absorbidos. Comprendiendo la acogida del Papa

Por Monseñor Peter J. Elliot, Obispo Auxiliar de Melbourne

En su reunión de noviembre de 2009 los miembros de la Conferencia Episcopal Australiana me designaron como su delegado para el proyecto en Australia de establecer - usando las palabras de la Constitución Apostólica Anglicanorum coetibus del Papa Benedicto XVI - “un Ordinariato Personal para los anglicanos que deseen entrar en la comunión plena con la Iglesia Católica”.

Antes de explicar de qué se trata, quisiera presentarme. He nacido en el anglicanismo, en la tradición anglo-católica. Mi padre, el Rev. Leslie Llewelyn Elliot fue durante un tiempo el presidente de la “Australian Church Union”. Mientras estudiaba teología en Oxford, en St Stephen’s House, seguí mi conciencia y fui reconciliado con “Roma” en 1968. Luego cursé mis estudios en preparación para el sacerdocio en Melbourne, y fui ordenado en 1973. Después de algunas designaciones en parroquias, de trabajar como secretario del obispo y de terminar un doctorado en Roma, colaboré durante diez años en la Curia Romana, en el Pontificio Consejo para la Familia. Regresé a Melbourne en 1997 para trabajar con el Arzobispo Pell en la preparación de los textos de educación religiosa “Conocer, Adorar y Amar”. Luego serví como párroco y como director del Instituto Juan Pablo II previo a la ordenación al episcopado en junio de 2007.

¿Estoy agradecido con mi herencia anglicana? Sí, lo estoy. ¿Dónde aprendí por primera vez la fe católica? En casa, en la casa del párroco.

Por esto me regocijé cuando llegaron de Roma las noticias de los Ordinariatos. Había estado esperando algo como esto por años, habiendo hablado en el 2006 en Forward in Faith Australia sobre la “opción romana”. Como lo indica lo que en ese momento dije, nunca imaginé que se haría una provisión tan generosa en respuesta a los pedidos de anglicanos tradicionales a Roma.

¿Pero qué implica la acogida y oferta del Papa Benedicto? Han de tener esto claro antes de decir “sí”, “no” o incluso “quizás”.

El Pastor de las naciones sale al encuentro de ustedes para darles un lugar especial en la Iglesia Católica. Unidos en comunión, pero no absorbidos – esta frase resume el status único y privilegiado que los ex-anglicanos tendrán en sus Ordinariatos.

Católicos en plena comunión con el Sucesor de Pedro, se reunirán en comunidades características que preserven elementos del culto, la espiritualidad y la cultura anglicana que sean compatibles con la fe y la moral católicas. Cada Ordinariato será una estructura autónoma, como una diócesis, algo entre una Prelatura Personal (como en el Opus Dei, aunque éste tiene un jurisdicción puramente espiritual) o un Ordinariato Militar (para las Fuerzas Armadas). En alguna forma, el Ordinariato será incluso similar a un Rito (Iglesias Católicas Orientales). Disfrutarán de su propio “uso” litúrgico como católicos del Rito Romano. Al mismo tiempo, sus Ordinarios, obispos o sacerdotes, trabajarán junto a los obispos diocesanos del Rito Romano y tendrán su lugar en la Conferencia Episcopal nacional o regional.

¡No hay una “agenda oculta” aquí, ni una trampa papista! Por eso, estén alertas ante ciertos bloggers y panfleteros anglicanos tradicionales. Ellos distorsionan la oferta del Papa porque están aferrados a pequeños feudos y enclaves puristas – donde hacen lo que desean. Sí, los Ordinariatos quedan bajo la disciplina de la Iglesia y de sus leyes, pero el Código de Derecho Canónico es también un estatuto detallado de nuestros derechos como clérigos y laicos.

La decisión de ser reconciliado a través de un Ordinariato sólo puede hacerse siguiendo la propia conciencia, es decir, después de oración, estudio y reflexión. Éste es un paso de fe en Jesucristo y en Su Iglesia. Implica aceptar todas las enseñanzas de la Iglesia acerca de la fe y de la moral.

Un asentimiento personal de fe con estas características necesita ser formado e informado. Por usar una expresión anglicana, por favor “leer, anotar, aprender y asimilar interiormente” el Catecismo de la Iglesia Católica. Éste compendia la Fe “que nos fue dada”, comprendida en la única Palabra de Dios que viene a nosotros – como enseña el Concilio Vaticano II – por medio de la Escritura y de la Tradición.

No faltarán sacrificios, pero la humildad y el sufrimiento son partes del viaje en la fe – y muchos de ustedes ya han sufrido mucho por seguir su conciencia.

Pero no llegan a los Ordinariatos con las manos vacías. Como aprendía cuarenta años atrás, no perderán nada, sino que recuperarán una herencia que nos fue robada cuatro siglos atrás. Esa herencia que fue recuperada en gran parte por los gigantes del Movimiento de Oxford. Creo que ellos nos sonríen en este momento. Continuemos rezando con ellos en nuestros días, para que juntos podamos descubrir pacientemente cómo puede ser desarrollado el proyecto del Papa Benedicto.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Juan Pablo II y Pio XII: Venerables

El Papa Benedicto XVI recibió en el transcurso de la semana pasada en audiencia privada a su E.R. Monseñor Angelo Amato sdb, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Durante la audiencia el Santo Padre autorizó a la Congregación para promulgar varios Decretos, entre los cuales se encuentra el de las "virtudes heroicas" del Siervo de Dios Juan Pablo II, Sumo Pontífice, nacido en Wadowice el 18 de mayo de 1920 y muerto en Roma el 2 de abril de 2005.
En la misma audiencia Benedicto XVI ha dado otra gran alegría a la Iglesia universal al firmar el decreto referente a “las virtudes heroicas del Siervo de Dios Pío XII (Eugenio Pacelli), Sumo Pontífice; nacido en Roma el 2 de marzo de 1876 y muerto en Castelgandolfo el 9 de octubre de 1958”. De este modo, en un mismo día, nuestro Santo Padre nos ha dado el gozo de poder llamar con el título de “Venerable” a dos grandes Romanos Pontífices de nuestro tiempo. Continuemos orando fervientemente por la pronta beatificación de estos dos Sucesores del Apóstol San Pedro.

“Las principales etapas del reconocimiento de la santidad por parte de la Iglesia – dijo precisamente hoy Benedicto XVI en un discurso con ocasión del 40º aniversario de la Congregación para las Causas de los santos -, es decir, la beatificación y la canonización, están unidas entre ellas por un vínculo de gran coherencia. A ellas deben ser añadidas, como indispensable fase preparatoria, la declaración de la heroicidad de las virtudes o del martirio de un Siervo de Dios y la comprobación de algún don extraordinario, el milagro que el Señor concede por intercesión de un fiel Siervo suyo.

¡Cuanta sabiduría se manifiesta en tal itinerario! En un primer momento, el Pueblo de Dios es invitado a mirar a aquellos fieles que, después de un primer cuidado discernimiento, son propuestos como modelos de vida cristiana; luego, es exhortado a dirigir a ellos un culto de veneración y de invocación circunscrito al ámbito de las Iglesias locales o de Órdenes religiosas; finalmente, es llamado a exultar con la entera comunidad de los creyentes por la certeza de que, gracias a la solemne proclamación pontificia, un hijo o hija suya ha alcanzado la gloria de Dios, donde participa en la perenne intercesión de Cristo a favor de los hermanos (cfr. Hebreos 7, 25)”.
(Fuente: "La Buhardilla de Jerónimo")

lunes, 20 de julio de 2009

PARA NO QUEDARSE CON LO QUE LE DICEN

América: ¿«lenguas cortadas»?

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america

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Como ejemplo clamoroso y actual del olvido (o ma­nipulación) de la historia, como señal de una verdad cada vez más en peligro, pensemos en lo que ha ocu­rrido a la vista de 1992, el año del Quinto Centenario del desembarco de Cristóbal Colón en las Américas. Ya hemos hablado ampliamente de ello. Aquí nos limitamos a examinar un aspecto concreto de ese acontecimiento.

Anticipemos ya que el descubrimiento, la con­quista y la colonización de América latina —central y meridional— vieron el trono y el altar, el Estado y la Iglesia estrechamente unidos. En efecto, ya desde el principio (con Alejandro VI), la Santa Sede reco­noció a los reyes de España y de Portugal los de­rechos sobre las nuevas tierras, descubiertas y por descubrir, a cambio del «Patronato»: es decir, la mo­narquía reconocía como una de sus tareas principales la evangelización de los indígenas, y se encargaba de la organización y los gastos de la misión. Un sistema que también presentaba sus inconvenientes, limi­tando por ejemplo, en muchas ocasiones, la libertad de Roma; pero que sin embargo resultó muy eficaz —por lo menos hasta el siglo XVIII, cuando en las cortes de Madrid y Lisboa empezaron a ejercer influen­cia los «filósofos» ilustrados, los ministros masones— porque la monarquía se tomó muy en serio la tarea de difusión del Evangelio.

Por lo tanto, las polémicas que ya han nacido so­bre este pasado implican también a la Iglesia, por su estrecho vínculo con el Estado, en la acusación de «genocidio cultural». Que, ya se sabe, siempre em­pieza por el «corte de la lengua»: o sea la imposición a los más débiles del idioma del conquistador.

Pero tal acusación sorprenderá a quien tenga co­nocimiento de lo que realmente pasó. A propósito de esto escribió cosas importantes el gran historiador (y filósofo de la historia) Arnold Toynbee, no católico y por lo tanto fuera de toda sospecha. Este célebre es­tudioso observaba que, atendiendo su fin sincero y desinteresado de convertir a los indígenas al Evan­gelio (objetivo por el cual miles de ellos dieron la vida, muchas veces en el martirio), los misioneros en todo el imperio español (no sólo en Centro y Sudamérica, sino también en Filipinas), en lugar de pre­tender y esperar que los nativos aprendieran el cas­tellano, empezaron a estudiar las lenguas indígenas.

Y lo hicieron con tanto vigor y decisión (es Toyn­bee quien lo recuerda) que dieron gramática, sintaxis y transcripción a idiomas que, en muchos casos, no habían tenido hasta entonces ni siquiera forma es­crita. En el virreinato más importante, el de Perú, en 1596 en la Universidad de Lima se creó una cátedra de quechua, la «lengua franca» de los Andes, hablada por los incas. Más o menos a partir de esta época, nadie podía ser ordenado sacerdote católico en el vi­rreinato si no demostraba que conocía bien el quechua, al que los religiosos habían dado forma escrita. Y lo mismo pasó con otras lenguas: el náhuatl, el guaraní, el tarasco...

Esto era acorde con lo que se practicaba no sólo en América, sino en el mundo entero, allá donde llegaba la misión católica: es suyo el mérito indiscutible de haber convertido innumerables y oscuros dialectos exóticos en lenguas escritas, dotadas de gramática, diccionario y literatura (al contrario de lo que pasó, por ejemplo, con la misión anglicana, dura difusora solamente del inglés). Último ejemplo, el somalí, que era lengua sólo hablada y adquirió forma escrita (ofi­cial para el nuevo Estado después de la descoloni­zación) gracias a los franciscanos italianos.

Pero, como decíamos, son cosas que ya debería saber cualquiera que tenga un poco de conocimiento de la historia de esos países (aunque parecían igno­rarlo los polemistas que empezaron a gritar a la vista de 1992).

Pero en estos años un profesor universitario es­pañol, miembro de la Real Academia de la Lengua, Gregorio Salvador, ha vertido más luz sobre el asunto. Ha demostrado que en 1596 el Consejo de In­dias (una especie de ministerio español de las colo­nias), frente a la actitud respetuosa de los misioneros hacia las lenguas locales, solicitó al emperador una orden para la castellanización de los indígenas, o sea una política adecuada para la imposición del caste­llano. El Consejo de Indias tenía sus razones a nivel administrativo, vistas las dificultades de gobernar un territorio tan extenso fragmentado en una serie de idiomas sin relación el uno con el otro. Pero el em­perador, que era Felipe II, contestó textualmente: «No parece conveniente forzarlos a abandonar su len­gua natural: sólo habrá que disponer de unos maes­tros para los que quisieran aprender, voluntaria­mente, nuestro idioma.» El profesor Salvador ha observado que detrás de esta respuesta imperial es­taban, precisamente, las presiones de los religiosos, contrarios a la uniformidad solicitada por los políti­cos.

Tanto es así que, precisamente a causa de este freno eclesiástico, a principios del siglo XIX, cuando empezó el proceso de separación de la América es­pañola de su madre patria, sólo tres millones de per­sonas en todo el continente hablaban habitualmente el castellano.

Y aquí viene la sorpresa del profesor Salvador. «Sorpresa», evidentemente, sólo para los que no co­nocen la política de esa Revolución francesa que tanta influencia ejerció (sobre todo a través de las sectas masónicas) en América latina: es suficiente ob­servar las banderas y los timbres estatales de este continente, llenos de estrellas de cinco puntas, trián­gulos, escuadras y compases.

Fue, en efecto, la Revolución francesa la que estruc­turó un plan sistemático de extirpación de los dialec­tos y lenguas locales, considerados incompatibles con la unidad estatal y la uniformidad administrativa. Se oponía, en esto también, al Ancien Régime, que era, en cambio, el reino de las autonomías también cultu­rales y no imponía una «cultura de Estado» que despo­jara a la gente de sus raíces para obligarla a la perspectiva de los políticos e intelectuales de la capital.

Fueron pues los representantes de las nuevas repúblicas —cuyos gobernantes eran casi todos hom­bres de las logias— los que en América latina, ins­pirándose en los revolucionarios franceses, se dedi­caron a la lucha sistemática contra las lenguas de los indios. Fue desmontado todo el sistema de protección de los idiomas precolombinos, construido por la Igle­sia. Los indios que no hablaban castellano quedaron fuera de cualquier relación civil; en las escuelas y en el ejército se impuso la lengua de la Península.

La conclusión paradójica, observa irónicamente Salvador, es ésta: el verdadero «imperialismo cultu­ral» fue practicado por la «cultura nueva», que sus­tituyó la de la antigua España imperial y católica. Y por lo tanto, las acusaciones actuales de «genocidio cultural» que apuntan a la Iglesia hay que dirigirlas a los «ilustrados».

Fuente: “Leyendas negras de la Iglesia” de Vittorio Messori. Tomado de: La Buhardilla de Jerónimo.org

lunes, 16 de marzo de 2009

Una información que obliga a una reflexión:

Lo que sigue a continuación es una noticia publicada por la agencia AICA, que no debe ser dejada "pasar por alto", en razón de que su contenido debe motivarnos a hacer un profundo examen de conciencia. No debemos ocultar estas realidades, sino más bien conociéndolas intensificar nuestra oración por el Santo Padre, y por la instauración de la unidad entre los cristianos católicos, a fin de que pronto sea una realidad el deseo expresado por nuestro Señor en ocasión de la última cena: "Padre santo, cuida en tu Nombre a aquellos que me diste, para que sean uno, como nosotros" (Jn.17,11).
L’Osservatore Romano denuncia el "odio" hacia el Papa
Ciudad del Vaticano, 16 Mar. 09 (AICA)
Diario del Vaticano,

Diario del Vaticano, "L’Osservatore Romano"

El diario vaticano "L’Osservatore Romano" denunció los "ataques, incluso con odio", de muchos católicos hacia Benedicto XVI por el levantamiento de la excomunión a los obispos lefebvristas. "Contra Benedicto XVI se lanzaron acusaciones infundadas y muy fuertes, desde que renegaba del Concilio Vaticano II y hasta de oscurantismo", afirma en un editorial el director del vespertino de la Santa Sede, Giovanni María Vian, al comentar la carta del Papa a los obispos católicos en la que explica su decisión sobre los tradicionalistas. Para Vian, se trata de un texto "apasionado y sin precedentes, salido del corazón" de Benedicto XVI para contribuir a la paz del mundo. Considera que "no hay precedentes recientes de un vendaval tal desencadenado" contra el Santo Padre, tras la publicación el 24 de enero del documento vaticano en el que se anunció el levantamiento de la excomunión a los cuatro prelados. Vian agrega que el gesto papal fue echado por tierra de manera "increíble y deshonesta", aprovechando la difusión "en una concomitancia de tiempo, por cierto no casual", de las afirmaciones negacionistas del holocausto por parte de uno de los prelados a los que el Papa levantó la sanción canónica, Richard Williamson. "Afirmaciones inaceptables (contra el Pontífice), como inaceptables y vergonzosos fueron los comportamientos contra el judaísmo por parte de algunos miembros del grupo al que Benedicto XVI tendió la mano (los lefebvristas)", dice Vian. El editorial señala que desde "muchas partes" se intentó culpar al Papa de hostilidades hacia los judíos, cuando es bien conocida su posición en favor del diálogo y de firme condena del holocausto. Tras subrayar la "lucidez" de la carta del Pontífice, el diario vaticano señala que lo anterior no evita que se analice el sistema de comunicaciones del Vaticano. Según Vian, es necesaria una atención y una comunicación más preparada y oportuna para poder afrontar el actual contexto global, donde la información, "omnipresente y superabundante, está expuesta a manipulaciones e instrumentalizaciones, entre ellas las fugas de noticias". En este punto acusa a la Curia Romana de ser culpable de fugas de noticias, "cuando es un organismo que debe dar ejemplo". El editorial concluye indicando que es necesario encontrar la paz y la unidad en la Iglesia católica y, para ello, los católicos no deben "destruirse" como escribía san Pablo a los Gálatas "en una de sus más bellas y dramáticas cartas, como esta del Papa Benedicto XVI".+

domingo, 15 de marzo de 2009

Canto Gregoriano

Acabo de leer en el semanario "Cristo Hoy" la información que transcribo más abajo, la cual merece ser destacada por su importancia relacionada con la liturgia, a saber: "El Taller Permanente de Canto Gregoriano, comenzó nuevamente sus actividades, el día 11 de marzo en la basílica Nuestra Señora del Socorro, ubicada en la calle Juncal 876, Buenos Aires. Está destinado a todos los interesados en el canto litúrgico medieval, en su práctica coral y solista, y en su contexto: historia, latín, liturgia, fuentes documentales y otros temas relacionados. Más información: marcabrun@sion.com." (Aica).

jueves, 12 de marzo de 2009

Carta del Santo Padre a los Obispos

Antes de invitarlos a leer esta carta, quiero expresar algo al respecto. Es digno de tener en cuenta como el Santo Padre se expresa en ella. Lo hace al modo de un verdadero padre, preocupado por sus hijos. Se expresa con total claridad, y pone en evidencia nuestra realidad eclesial. Interpela nuestra conciencia para que meditemos de que manera estamos ejerciendo nuestra verdadera misión como cristianos: "que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado:Jesucristo" (Jn.17,3). Gracias Santo Padre, por enseñarnos a hablar con claridad. Ahora sí. No se pierdan nada de esta carta.

CARTA SOBRE REMISIÓN EXCOMUNION OBISPOS DE LEFEBVRE

CIUDAD DEL VATICANO, 12 MAR 2009 (VIS).-Hoy se hizo pública una carta de Benedicto XVI a los obispos de la Iglesia católica sobre la remisión de la excomunión de los cuatro Obispos consagrados por el Arzobispo Lefebvre.

Ofrecemos el texto completo del documento, fechado el 10 de marzo y que se ha publicado en inglés, francés, español, italiano, alemán y portugués:

"Queridos Hermanos en el ministerio episcopal

La remisión de la excomunión a los cuatro Obispos consagrados en el año 1988 por el Arzobispo Lefebvre sin mandato de la Santa Sede, ha suscitado por múltiples razones dentro y fuera de la Iglesia católica una discusión de una vehemencia como no se había visto desde hace mucho tiempo. Muchos Obispos se han sentido perplejos ante un acontecimiento sucedido inesperadamente y difícil de encuadrar positivamente en las cuestiones y tareas de la Iglesia de hoy. A pesar de que muchos Obispos y fieles estaban dispuestos en principio a considerar favorablemente la disposición del Papa a la reconciliación, a ello se contraponía sin embargo la cuestión sobre la conveniencia de dicho gesto ante las verdaderas urgencias de una vida de fe en nuestro tiempo. Algunos grupos, en cambio, acusaban abiertamente al Papa de querer volver atrás, hasta antes del Concilio. Se desencadenó así una avalancha de protestas, cuya amargura mostraba heridas que se remontaban más allá de este momento. Por eso, me siento impulsado a dirigiros a vosotros, queridos Hermanos, una palabra clarificadora, que debe ayudar a comprender las intenciones que me han guiado en esta iniciativa, a mí y a los organismos competentes de la Santa Sede. Espero contribuir de este modo a la paz en la Iglesia.

Una contrariedad para mí imprevisible fue el hecho de que el caso Williamson se sobrepusiera a la remisión de la excomunión. El gesto discreto de misericordia hacia los cuatro Obispos, ordenados válidamente pero no legítimamente, apareció de manera inesperada como algo totalmente diverso: como la negación de la reconciliación entre cristianos y judíos y, por tanto, como la revocación de lo que en esta materia el Concilio había aclarado para el camino de la Iglesia. Una invitación a la reconciliación con un grupo eclesial implicado en un proceso de separación, se transformó así en su contrario: un aparente volver atrás respecto a todos los pasos de reconciliación entre los cristianos y judíos que se han dado a partir del Concilio, pasos compartidos y promovidos desde el inicio como un objetivo de mi trabajo personal teológico. Que esta superposición de dos procesos contrapuestos haya sucedido y, durante un tiempo haya enturbiado la paz entre cristianos y judíos, así como también la paz dentro de la Iglesia, es algo que sólo puedo lamentar profundamente. Me han dicho que seguir con atención las noticias accesibles por Internet habría dado la posibilidad de conocer tempestivamente el problema. De ello saco la lección de que, en el futuro, en la Santa Sede deberemos prestar más atención a esta fuente de noticias. Me ha entristecido el hecho de que también los católicos, que en el fondo hubieran podido saber mejor cómo están las cosas, hayan pensado deberme herir con una hostilidad dispuesta al ataque. Justamente por esto doy gracias a los amigos judíos que han ayudado a deshacer rápidamente el malentendido y a restablecer la atmósfera de amistad y confianza que, como en el tiempo del Papa Juan Pablo II, también ha habido durante todo el período de mi Pontificado y, gracias a Dios, sigue habiendo.

Otro desacierto, del cual me lamento sinceramente, consiste en el hecho de que el alcance y los límites de la iniciativa del 21 de enero de 2009 no se hayan ilustrado de modo suficientemente claro en el momento de su publicación. La excomunión afecta a las personas, no a las instituciones. Una ordenación episcopal sin el mandato pontificio significa el peligro de un cisma, porque cuestiona la unidad del colegio episcopal con el Papa. Por esto, la Iglesia debe reaccionar con la sanción más dura, la excomunión, con el fin de llamar a las personas sancionadas de este modo al arrepentimiento y a la vuelta a la unidad. Por desgracia, veinte años después de la ordenación, este objetivo no se ha alcanzado todavía. La remisión de la excomunión tiende al mismo fin al que sirve la sanción: invitar una vez más a los cuatro Obispos al retorno. Este gesto era posible después de que los interesados reconocieran en línea de principio al Papa y su potestad de Pastor, a pesar de las reservas sobre la obediencia a su autoridad doctrinal y a la del Concilio. Con esto vuelvo a la distinción entre persona e institución. La remisión de la excomunión ha sido un procedimiento en el ámbito de la disciplina eclesiástica: las personas venían liberadas del peso de conciencia provocado por la sanción eclesiástica más grave. Hay que distinguir este ámbito disciplinar del ámbito doctrinal. El hecho de que la Fraternidad San Pío X no posea una posición canónica en la Iglesia, no se basa al fin y al cabo en razones disciplinares sino doctrinales. Hasta que la Fraternidad non tenga una posición canónica en la Iglesia, tampoco sus ministros ejercen ministerios legítimos en la Iglesia. Por tanto, es preciso distinguir entre el plano disciplinar, que concierne a las personas en cuanto tales, y el plano doctrinal, en el que entran en juego el ministerio y la institución. Para precisarlo una vez más: hasta que las cuestiones relativas a la doctrina no se aclaren, la Fraternidad no tiene ningún estado canónico en la Iglesia, y sus ministros, no obstante hayan sido liberados de la sanción eclesiástica, no ejercen legítimamente ministerio alguno en la Iglesia.

A la luz de esta situación, tengo la intención de asociar próximamente la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei", institución competente desde 1988 para esas comunidades y personas que, proviniendo de la Fraternidad San Pío X o de agrupaciones similares, quieren regresar a la plena comunión con el Papa, con la Congregación para la Doctrina de la Fe. Con esto se aclara que los problemas que deben ser tratados ahora son de naturaleza esencialmente doctrinal, y se refieren sobre todo a la aceptación del Concilio Vaticano II y del magisterio postconciliar de los Papas. Los organismos colegiales con los cuales la Congregación estudia las cuestiones que se presentan (especialmente la habitual reunión de los Cardenales el miércoles y la Plenaria anual o bienal) garantizan la implicación de los Prefectos de varias Congregaciones romanas y de los representantes del Episcopado mundial en las decisiones que se hayan de tomar. No se puede congelar la autoridad magisterial de la Iglesia al año 1962, lo cual debe quedar bien claro a la Fraternidad. Pero a algunos de los que se muestran como grandes defensores del Concilio se les debe recordar también que el Vaticano II lleva consigo toda la historia doctrinal de la Iglesia. Quien quiere ser obediente al Concilio, debe aceptar la fe profesada en el curso de los siglos y no puede cortar las raíces de las que el árbol vive.

Espero, queridos Hermanos, que con esto quede claro el significado positivo, como también sus límites, de la iniciativa del 21 de enero de 2009. Sin embargo, queda ahora la cuestión: ¿Era necesaria tal iniciativa? ¿Constituía realmente una prioridad? ¿No hay cosas mucho más importantes? Ciertamente hay cosas más importantes y urgentes. Creo haber señalado las prioridades de mi Pontificado en los discursos que pronuncié en sus comienzos. Lo que dije entonces sigue siendo de manera inalterable mi línea directiva. La primera prioridad para el Sucesor de Pedro fue fijada por el Señor en el Cenáculo de manera inequívoca: "Tú... confirma a tus hermanos" (Lc 22,32). El mismo Pedro formuló de modo nuevo esta prioridad en su primera Carta: "Estad siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere" (1 Pe 3,15). En nuestro tiempo, en el que en amplias zonas de la tierra la fe está en peligro de apagarse como una llama que no encuentra ya su alimento, la prioridad que está por encima de todas es hacer presente a Dios en este mundo y abrir a los hombres el acceso a Dios. No a un dios cualquiera, sino al Dios que habló en el Sinaí; al Dios cuyo rostro reconocemos en el amor llevado hasta el extremo (cf. Jn 13,1), en Jesucristo crucificado y resucitado. El auténtico problema en este momento actual de la historia es que Dios desaparece del horizonte de los hombres y, con el apagarse de la luz que proviene de Dios, la humanidad se ve afectada por la falta de orientación, cuyos efectos destructivos se ponen cada vez más de manifiesto.

Conducir a los hombres hacia Dios, hacia el Dios que habla en la Biblia: Ésta es la prioridad suprema y fundamental de la Iglesia y del Sucesor de Pedro en este tiempo. De esto se deriva, como consecuencia lógica, que debemos tener muy presente la unidad de los creyentes. En efecto, su discordia, su contraposición interna, pone en duda la credibilidad de su hablar de Dios. Por eso, el esfuerzo con miras al testimonio común de fe de los cristianos -al ecumenismo- está incluido en la prioridad suprema. A esto se añade la necesidad de que todos los que creen en Dios busquen juntos la paz, intenten acercarse unos a otros, para caminar juntos, incluso en la diversidad de su imagen de Dios, hacia la fuente de la Luz. En esto consiste el diálogo interreligioso. Quien anuncia a Dios como Amor "hasta el extremo" debe dar testimonio del amor. Dedicarse con amor a los que sufren, rechazar el odio y la enemistad, es la dimensión social de la fe cristiana, de la que hablé en la Encíclica Deus caritas est.

Por tanto, si el compromiso laborioso por la fe, por la esperanza y el amor en el mundo es en estos momentos (y, de modos diversos, siempre) la auténtica prioridad para la Iglesia, entonces también forman parte de ella las reconciliaciones pequeñas y medianas. Que el humilde gesto de una mano tendida haya dado lugar a un revuelo tan grande, convirtiéndose precisamente así en lo contrario de una reconciliación, es un hecho del que debemos tomar nota. Pero ahora me pregunto: ¿Era y es realmente una equivocación, también en este caso, salir al encuentro del hermano que "tiene quejas contra ti" (cf. Mt 5,23s) y buscar la reconciliación? ¿Acaso la sociedad civil no debe intentar también prevenir las radicalizaciones y reintegrar a sus eventuales partidarios -en la medida de lo posible- en las grandes fuerzas que plasman la vida social, para evitar su segregación con todas sus consecuencias? ¿Puede ser totalmente desacertado el comprometerse en la disolución de las rigideces y restricciones, para dar espacio a lo que haya de positivo y recuperable para el conjunto? Yo mismo he visto en los años posteriores a 1988 cómo, mediante el regreso de comunidades separadas anteriormente de Roma, ha cambiado su clima interior; cómo el regreso a la gran y amplia Iglesia común ha hecho superar posiciones unilaterales y ablandado rigideces, de modo que luego han surgido fuerzas positivas para el conjunto. ¿Puede dejarnos totalmente indiferentes una comunidad en la cual hay 491 sacerdotes, 215 seminaristas, 6 seminarios, 88 escuelas, 2 institutos universitarios, 117 hermanos, 164 hermanas y millares de fieles? ¿Debemos realmente dejarlos tranquilamente ir a la deriva lejos de la Iglesia? Pienso por ejemplo en los 491 sacerdotes. No podemos conocer la trama de sus motivaciones. Sin embargo, creo que no se hubieran decidido por el sacerdocio si, junto a varios elementos distorsionados y enfermos, no existiera el amor por Cristo y la voluntad de anunciarlo y, con Él, al Dios vivo. ¿Podemos simplemente excluirlos, como representantes de un grupo marginal radical, de la búsqueda de la reconciliación y de la unidad? ¿Qué será de ellos luego?

Ciertamente, desde hace mucho tiempo y después una y otra vez, en esta ocasión concreta hemos escuchado de representantes de esa comunidad muchas cosas fuera de tono: soberbia y presunción, obcecaciones sobre unilateralismos, etc. Por amor a la verdad, debo añadir que he recibido también una serie de impresionantes testimonios de gratitud, en los cuales se percibía una apertura de los corazones. ¿Acaso no debe la gran Iglesia permitirse ser también generosa, siendo consciente de la envergadura que posee; en la certeza de la promesa que le ha sido confiada? ¿No debemos como buenos educadores ser capaces también de dejar de fijarnos en diversas cosas no buenas y apresurarnos a salir fuera de las estrecheces? ¿Y acaso no debemos admitir que también en el ámbito eclesial se ha dado alguna salida de tono? A veces se tiene la impresión de que nuestra sociedad tenga necesidad de un grupo al menos con el cual no tener tolerancia alguna; contra el cual pueda tranquilamente arremeter con odio. Y si alguno intenta acercársele -en este caso el Papa- también él pierde el derecho a la tolerancia y puede también ser tratado con odio, sin temor ni reservas.

Queridos Hermanos, por circunstancias fortuitas, en los días en que me vino a la mente escribir esta carta, tuve que interpretar y comentar en el Seminario Romano el texto de Ga 5,13-15. Percibí con sorpresa la inmediatez con que estas frases nos hablan del momento actual: "No una libertad para que se aproveche el egoísmo; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor. Porque toda la ley se concentra en esta frase: "Amarás al prójimo como a ti mismo". Pero, atención: que si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente". Siempre fui propenso a considerar esta frase como una de las exageraciones retóricas que a menudo se encuentran en San Pablo. Bajo ciertos aspectos puede ser también así. Pero desgraciadamente este "morder y devorar" existe también hoy en la Iglesia como expresión de una libertad mal interpretada. ¿Sorprende acaso que tampoco nosotros seamos mejores que los Gálatas? Que ¿quizás estemos amenazados por las mismas tentaciones? ¿Que debamos aprender nuevamente el justo uso de la libertad? ¿Y que una y otra vez debamos aprender la prioridad suprema: el amor? En el día en que hablé de esto en el Seminario Mayor, en Roma se celebraba la fiesta de la Virgen de la Confianza. En efecto, María nos enseña la confianza. Ella nos conduce al Hijo, del cual todos nosotros podemos fiarnos. Él nos guiará, incluso en tiempos turbulentos. De este modo, quisiera dar las gracias de corazón a todos los numerosos Obispos que en este tiempo me han dado pruebas conmovedoras de confianza y de afecto y, sobre todo, me han asegurado sus oraciones. Este agradecimiento sirve también para todos los fieles que en este tiempo me han dado prueba de su fidelidad intacta al Sucesor de San Pedro. El Señor nos proteja a todos nosotros y nos conduzca por la vía de la paz. Es un deseo que me brota espontáneo del corazón al comienzo de esta Cuaresma, que es un tiempo litúrgico particularmente favorable a la purificación interior y que nos invita a todos a mirar con esperanza renovada al horizonte luminoso de la Pascua.

Con una especial bendición apostólica me confirmo".

Fuente: Vatican Information Service.

BXVI-CARTA/EXCOMUNION OBISPOS LEFEBVRE/... VIS 090312 (2500)

miércoles, 11 de marzo de 2009

El Card. Cañizares y la necesidad de la formación litúrgica

ROMA, 11 Mar. 09 (ACI).-El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Antonio Cañizares, resaltó la necesidad de la formación y la reflexión, "de una profundización de la mente y el corazón" para afrontar "la urgencia de un retorno al espíritu de la renovación litúrgica". Según precisa L'Osservatore Romano, así lo indicó el Purpurado en su intervención al inaugurar los trabajos de la plenaria del Dicasterio que preside, que culminarán este viernes, sobre el tema de la Adoración Eucarística. Tras comentar que esta plenaria es la primera en la que participa al iniciar su servicio a la cabeza de este dicasterio, el Cardenal Cañizares destacó que el pensamiento y magisterio litúrgico del Papa Benedicto XVI "son lo suficientemente ricos y abren vías seguras para una profunda y decisiva renovación de la liturgia en la vida de la Iglesia, como auspicia todavía y sobre todo hoy la Constitución Sacrosanctum concilium, colocada providencialmente como primer fruto del Concilio Vaticano II". De aquí la invitación a redescubrir y estudiar ese documento que contiene "el presupuesto preciso, y con frecuencia no bien entendido, que en principio 'es la adoración'". Tras comentar luego la necesidad de "invertir mucho en la formación litúrgica", el Prefecto alentó una revisión de los Prenotanda, es decir de los libros litúrgicos que siguen a la reforma del Concilio Vaticano II: "No con la idea de cambiar los ritos o las formas de la liturgia salvo en aquellos puntos en donde sea necesario, manteniendo la lógica de la continuidad de la liturgia, pero, sobre todo, para hacer que las introducciones ofrezcan los necesarios y adecuados aspectos doctrinales que ayuden a asimilar lo que sucede en las celebraciones litúrgicas". Posible Congreso en 2013 Una "ayuda para vivir mejor el espíritu de la liturgia" debe venir también del esfuerzo por "mejorar el canto y la música, y la belleza de la celebración y de los espacios celebrativos". Para ello, "se podría pensar en un congreso en 2013, en ocasión del 50 aniversario de la Constitución sobre la sagrada liturgia". Finalmente el Cardenal Cañizares precisó que "es necesario que Dios ocupe siempre el primer lugar. "Es propio en la liturgia en donde se da la adoración, que es además el centro de la liturgia. Se trata entonces de vivir la Eucaristía como adoración, de prolongar la Eucaristía en la adoración del Santísimo Sacramento del altar". Fuente: Aci Prensa

martes, 10 de marzo de 2009

Cardenal Cañizares: “Adorar a Dios es lo que cambia la vida de los cristianos”

La Congregación para el Culto reflexionará sobre la importancia de la Adoración eucarística

CIUDAD DEL VATICANO, martes 10 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- En esta época de secularización es conveniente, siguiendo el ejemplo del propio Papa Benedicto XVI, recuperar la práctica de la adoración eucarística. Así lo dio a entender hoy el prefecto de la Congregación para el Culto Divino, cardenal Antonio Cañizares, a propósito de la plenaria que su dicasterio celebra esta semana.

En declaraciones a Radio Vaticano, el purpurado explicó que la adoración eucarística será el tema central dela reunión plenaria, que tendrá lugar en la Santa Sede hasta el próximo viernes.

“La liturgia es ante todo adoración -explicó-. La Iglesia es obra de Dios, es acción de Dios, es reconocimiento de lo que Dios hace en favor de los hombres. Y la adoración que expresa la liturgia, sobre todo la Eucaristía, es el reconocimiento de Dios, de que todo viene de Él, de que todo lo que nos pertenece debe encontrarle a Él”.

Precisamente en el actual contexto de secularización, en que “se tiende a olvidar a Dios, a considerarlo poco importante para la vida”, añadió el cardenal Cañizares, es oportuno “reafirmar que lo primero es Dios”.

“Esto es lo que cambiará la vida de los cristianos y de la Iglesia”, añadió. Cuando la Iglesia “olvida que Dios es el centro de todo, se convierte en una institución meramente humana”.

Una práctica secular

Aunque la devoción eucarística ha sido de gran importancia desde los primeros siglos del cristianismo, la adoración fuera de la Misa empieza a configurarse desde el siglo XI, y sobre todo tras la rotunda afirmación de la Presencia Real de Cristo hecha por los Concilios Romanos de 1059 y de 1079.

La adoración eucarística recibió un fuerte impulso entre los siglos XIII y XIV, con el establecimiento de la fiesta del Corpus Christi en todo el mundo cristiano, una devoción que en ocho siglos ha aumentado enormemente, especialmente tras el Concilio de Trento, en España e Italia y en los países latinoamericanos.

A lo largo de la historia han surgido muchas asociaciones dedicadas a la veneración del Santísimo Sacramento. La más extendida actualmente es la Adoración Nocturna, que en su forma actual procede de la asociación fundada por Hermann Cohen en París en 1848.

martes, 3 de marzo de 2009

¿Se enteró de esto?

Revival de la confesión

Mallcolorado

No suele ser frecuente que el sacramento de la confesión sea noticia. Por eso es significativo el largo reportaje que The Wall Street Journal dedicó a la “vuelta” de la confesión. “El pecado nunca pasa de moda, pero la confesión está experimentando un revivial”, dice el subtítulo. En el texto se habla de algunas iniciativas emprendida por diócesis católicas de Estados Unidos para hacer de la confesión una “top priority”.

Se informa, por ejemplo, de que la diócesis de Washington D. C. lanzó en febrero una campaña para invitar a los católicos a acudir a la confesión durante la Cuaresma. Para ello se usaron avisos en radio y espacios publicitarios en autobuses, metro y pantallas públicas. “La respuesta fue suficientemente fuerte como para que diez parroquias decidieran ampliar los horarios de confesiones”. La diócesis de Orlando editó 190 mil folletos recomendando la confesión. Se relatan algunos testimonios y experiencias como la de tres capuchinos, que confiesan en un centro comercial (el típico mall) de Colorado Springs (Colorado) once horas al día, seis días a la semana (foto).

El artículo se hace eco también del interés de algunas denominaciones protestantes por la confesión. Desde luego, es algo distinto de lo que la doctrina católica entiende por sacramento de la confesión (incluso, a veces, adquiere formas más bien llamativas, como confesión pública en internet, etc.). En todo caso, de la información del diario se deduce que algunos pastores protestantes consideran muy pobre ganar prosélitos solo “con sermones que gustan al oido, café y servicios tipo conciertos de rock, sin mencionar nunca la llamada al arrepentimiento”.

Fuente: conoZe.com

domingo, 22 de febrero de 2009

Me he preguntado si un tema como el que sigue puede ser insertado en este blog, y he llegado a responderme que sí, puesto que el tema del aborto y otros muchos son presentados en un escenario montado bajo la tutela de los "Derechos Humanos", pero enfocados desde un sólo ángulo. Es bueno entonces leer la opinión de un pensador que pone la cuestión en el ángulo preciso.

Levinas y los Derechos humanos.

La voz del no nacido, inocente entre los inocentes, clama por sus derechos no reconocidos

Emmanuel Lévinas es uno de los filósofos más inquietantes, hondos y creativos de nuestra época. La importancia de su obra no ha hecho más que crecer, de modo que se le considera como el principal responsable de ese giro antropológico y ético operado en el pensamiento contemporáneo, aunque no sea sistemático en sus estudios.

Respecto a los Derechos Humanos brinda una ‘alternativa’ propia frente a muchas actuales lecturas de los mismos. Lévinas desplaza del yo individual y autónomo moderno hasta ‘el otro hombre’ el fundamento de dichos derechos. De este modo posibilita una reflexión crítica singular.

Cuando Lévinas plantea la universalidad de los Derechos Humanos da la vuelta a la cuestión para mostrarnos la cara oculta y olvidada de la misma. Piensa la universalidad como una inextinguible exigencia y respeto que dimana del prójimo. Estos Derechos del otro hombre se despiertan a partir de la ‘diferencia’, no de la indiferencia de los individuos.

El ‘otro hombre’ demanda imperiosamente su dignidad porque no es absolutamente igual a nosotros, porque entre él y nosotros se alza siempre un abismo insondable, una distancia que nunca lograremos borrar. Esta distancia es eco, huella de algo infinito, que se hace audible en una exigencia de responsabilidad inextinguible por el otro hombre. Aquí radica, finalmente, según Lévinas, la pretensión más originaria de los Derechos Humanos.

La universalidad sigue a la unicidad, a la diferencia, más que a la unidad. Se abre a sí un horizontre muy amplio pues se abre a la singularidad a través de la responsabilidad. El otro no es un objeto al que podemos reducir, manejar. No es un elemento más que quepa ordenar de una manera u otra a nuestros fines. El otro clama por el reconocimiento de su diferencia. Sólo después del clamor primero, cuando ha sido escuchado, aparece la posibilidad de los Derechos Humanos. La fundamentación de los movimientos de Derechos Humanos está mucho más sólidamente pensada, es más es extra-territorial.

Esta perspectiva lleva los Derechos Humanos a una perspectiva moral personalista. Si además se añade un ‘tercero’ se advierte mejor el nivel jurídico de los Derechos Humanos más alejado de los positivismos jurídicos o de los abusos de gobernantes o legisladores que se centran en el individualismo relativista.

Es evidente que este planteamiento eleva a una nueva sensibilidad, a estar atento a la voz del ‘otro’ que exige respeto, igual que ‘yo’ exijo este tratamiento. La acogida del ‘otro’ necesita una escucha atenta de su voz, la conmoción original y profunda del sujeto humano.

Se puede decir que este planteamiento está incluido en los planteamientos de los personalismos metafísicos y es verdad, pero no deja de ser una nueva perspectiva que no conviene dejar de lado. Si se aplica este principio al aborto y a la libertad de escoger de la madre es clara la aportación de la voz del no nacido, inocente entre los inocentes, clamando por sus derechos no reconocidos.

Sirva este artículo como un apoyo más a la sabia disertación del Cardenal Bertone hace unos días con otros fundamentos, pero con la misma conclusión: Los Derechos Humanos tienen una validez universal por encima de los gobiernos y de los legisladores. Si no se respetan los Derechos Humanos se incurre en una alienación con ropaje democrático, o no, que acaba vaciando de contenido la misma democracia. (Fuente: Forum Libertas)

miércoles, 21 de enero de 2009

El Papa propone a los jóvenes como modelo a la mártir santa Inés

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 21 de enero de 2009 (ZENIT.org).- Al coincidir hoy la audiencia general con la fiesta litúrgica de santa Inés, una de las más veneradas mártires romanas de los primeros siglos, Benedicto XVI aprovechó para proponerla como modelo de vida cristiana.

Durante los saludos a los peregrinos tras la Audiencia General, que tuvo lugar esta mañana en el Aula Pablo VI, el Papa quiso recordar a santa Inés, "virgen y mártir, quien a pesar de su jovencísima edad afrontó valientemente la muerte por amor del Señor, y teniendo en ella los mismos sentimientos de Cristo Jesús, el Cordero inmolado y vencedor".

En su acostumbrado saludo a los jóvenes, a los recién casados y a los enfermos, el Papa quiso en esta ocasión proponer a la santa como modelo.

"Que por intercesión de santa Inés podáis vivir vosotros también vuestra vocación y las condiciones concretas en que os encontráis como auténticos caminos de santidad", les exhortó el pontífice.

Precisamente este miércoles, en cumplimiento de una antiquísima tradición cristiana, se presentaron al Papa, al final de la Audiencia, dos corderos bendecidos esta mañana en la basílica de la santa, que está en la vía Nomentana.

Con la lana de estos corderos se elaborará la lana de los palios de los nuevos Arzobispos Metropolitanos nombrados este año, que les será impuesta por el Papa en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, el 28 de junio.

Fuente: Catholic net

martes, 25 de noviembre de 2008

Cardenal Arinze: El Papa consideraría adelantar saludo de la paz en la Misa ROMA, 24 Nov. 08 (ACI).-El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Francis Arinze, señaló que el Papa Benedicto XVI consideraría cambiar el momento del saludo de la paz al momento del ofertorio en la Misa "para crear un momento de recogimiento mientras nos preparamos para la comunión". En ocasión de sus 50 años de ordenación sacerdotal, L'Osservatore Romano entrevistó al Purpurado quien explicó que actualmente se está reflexionando sobre "una colocación distinta del signo de la paz durante la Misa. Con frecuencia no se comprende el pleno significado de este gesto. Se piensa que es una ocasión para estrechar la mano de los amigos, cuando en realidad es un modo para decir a quien está cerca de uno que la paz de Cristo, presente realmente en el altar, es también para todos los hombres". Seguidamente precisó que "para crear un clima más recogido mientras nos preparamos para la Comunión, se ha pensado transferir el saludo de la paz al ofertorio. El Papa ha hecho la consulta al Episcopado y luego se decidirá". El Cardenal Arinze explicó luego que su dicasterio "no es una especie de 'policía' eclesiástica o de 'interventora' para todos los problemas. El dicasterio nació en primer lugar para promover el culto divino", aunque "ciertamente no podemos cerrar los ojos frente a las situaciones objetivamente problemáticas". El Prefecto dijo luego que "en la Redemptionis Sacramentum de 2004 se indica que muchos de los abusos" litúrgicos "no se deben a una mala voluntad sino a la ignorancia. Algunos no saben, pero además no saben que ignoran algo. No se sabe, por ejemplo, que las palabras y los gestos tienen raíces en la tradición de la Iglesia. Así se cree que se es más original y creativo cambiando textos o gestos. Frente a estas situaciones, es necesario reafirmar que la liturgia es sagrada y es la oración pública de la Iglesia". (Fuente: www.aica.org)

martes, 18 de noviembre de 2008

Nuevo Sacerdote para la diócesis de San Justo

El próximo día 18 de diciembre el Obispo diocesano de San Justo, conferirá el orden del presbiterado al diácono JUAN MANUEL MOLINA. La solemne celebración tendrá lugar en la iglesia catedral de San Justo a las 20:00 horas. Esta iglesia particular se alegra y agradece a Dios el don de un nuevo sacerdote, e implora de su misericordia la gracia de su Espíritu para que haga fructífera la futura tarea del padre JUAN MANUEL. Invitamos a todos a unirse en la oración, acompañando a nuestro hermano en estos días de su preparación.

viernes, 29 de agosto de 2008

La Santa Misa celebrada en la forma de Rito Extraordinario

El día 07 de agosto de 2007, el Papa Benedicto XVI, dio a conocer su Carta Apostólica “Summorum Pontificum”, por la cual autoriza para la Iglesia Latina el uso de la liturgia romana según el Misal del Beato Juan XXIII, anterior a la reforma del Concilio Vaticano II, en la celebración de la Santa Misa.

En dicho documento, el Santo Padre después de efectuar una acertada consideración acerca de la preocupación constante de la Iglesia latina a fin de que ofreciese a la Divina Majestad un culto digno de “alabanza y gloria de Su nombre” y “del bien de su Santa Iglesia”, y de expresar detalladamente la historia de los libros litúrgicos, añade: “Por eso es lícito celebrar el Sacrificio de la Misa según la edición típica del Misal Romano promulgado por el Beato Juan XXIII en 1962, que no se ha abrogado nunca, como forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia

En nuestra diócesis de San Justo, todos los domingos a las 17:00 horas, en la parroquia San Roque, situada en Larrea y Reconquista de Villa Insuperable, se celebra la Santa Misa en la forma de rito extraordinario, conforme a las disposiciones de la Carta Apostólica comentada.

domingo, 3 de agosto de 2008

Escuela de Ministerios y Diaconado Permanente - Retiro Anual

Los alumnos de la Escuela de Ministerios y Diaconado Permanente "Pablo VI" de la diócesis de San Justo realizaron su retiro canónico anual. El encuentro tuvo lugar en las instalaciones del Seminario Menor Diocesano, entre el 1º y el 3 de agosto y participaron del mismo los diez y ocho candidatos. El predicador del retiro fue el presbítero Dr. Pablo Zanor, y se realizó en un clima de oración y silencio propicio para la meditación.

Intenciones de la Iglesia para el mes de agosto

Las siguientes son las intenciones que el papa Benedicto XVI ha confiado al Apostolado de la Oración y a la Iglesia toda, para el corriente mes de agosto: General: "Para que la familia humana sepa respetar el plan de Dios sobre el mundo y sea cada vez más consciente del gran don de Dios, que representa la creación para nosotros". Misional: "Para que se promueva y alimente la respuesta de todo el pueblo de Dios a la común vocación a la santidad y a la misión, con un atento discernimiento de los carismas y un constante empeño de formación espiritual y cultural".

miércoles, 9 de julio de 2008

Las Indulgencias

Como sabrán, nos encontramos celebrando el "año Paulino", dedicado a la figura de este santo, columna de la Iglesia. Su celebración comenzó el 28 de junio pasado, y se extenderá hasta el 29 de junio de 2009. En nuestra diócesis de San Justo (Buenos Aires) la apertura se realizó en la parroquia San Pablo, en una celebración eucarística presidida por nuestro obispo diocesano Mons. Baldomero Carlos Martini. Durante todo este año, visitando el templo de la parroquia citada se obtiene la indulgencia plenaria, para lo cual se deberán cumplimentar los requisitos mandados por la Santa Madre Iglesia. A continuación encontrarán la información completa referida al tema.

  • A. Las indulgencias en general
  • B. Indulgencias plenarias.
  • C. Indulgencias parciales

A. LAS INDULGENCIAS EN GENERAL

1. ¿Dónde situamos las indulgencias? Las indulgencias están relacionadas con la confesión, los pecados, la redención y la comunión de los santos.

2. ¿En qué estado queda un hombre al pecar? Una persona que comete un pecado adquiere obviamente la condición de pecador, se aleja del Señor y queda más inclinado al mal. Además, la justicia reclama una reparación, llamada también pena, expiación o penitencia.

3. ¿Cómo cambia la situación al confesarse? La confesión borra la culpa del pecado, -la condición actual de pecador-, y también perdona parte de la penitencia que debía realizarse, aunque queda en el alma una señal o cualidad de que ha sido pecador y debe repararlo. Esto que falta por expiar se purifica mediante los sufrimientos y buenas obras de esta vida, con las penas del purgatorio, y mediante las indulgencias.

4. ¿Qué son las indulgencias? Digamos dos definiciones:

  • Brevemente: indulgencia es la supresión de la pena debida por los pecados que la Iglesia otorga a quien realice determinadas acciones.
  • La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos. (cfr. Mt 16, 19).

5. ¿Las indulgencias pueden aplicarse a los difuntos? Las indulgencias siempre son aplicables o a sí mismos o a las almas de los difuntos, pero no son aplicables a otras personas vivas en la tierra. Algunas indulgencias sólo pueden aplicarse a los difuntos; por ejemplo, rezando por ellos en un cementerio se consigue una indulgencia parcial, que será plenaria si se hace los días 1 al 8 de noviembre (una cada día).

6. Tipos de indulgencias: Las indulgencias se agrupan en dos clases:

  • Indulgencias plenarias: borran todo resto de pecado dejando el alma dispuesta para entrar inmediatamente en el cielo.
  • Indulgencias parciales: borran parte de la pena que los pecados cometidos reclaman.

B. INDULGENCIAS PLENARIAS

1. Condiciones para conseguir una indulgencia plenaria: Esta indulgencia tiene un valor muy grande y requiere varias condiciones:

  • Los mismos requisitos que en las indulgencias parciales: realizar la acción que la Iglesia premia con esta indulgencia. estar en gracia de Dios antes de acabar la obra premiada. tener intención al menos general de ganar la indulgencia.
  • Sólo se puede ganar una indulgencia plenaria cada día.
  • Tener la disposición interior de un desapego total del pecado, incluso venial.
  • Confesarse, al menos veinte días antes o después de realizar la acción premiada (sin olvidar que hay que estar en gracia de Dios antes de acabar la acción). Una misma confesión puede servir para ganar varias indulgencias plenarias.
  • Comulgar, en ese mismo periodo de tiempo.
  • Rezar por las intenciones del Papa un Padrenuestro y un Avemaría, u otras oraciones. Debe hacerse también en esos días.

2. ¿Qué acciones están premiadas con indulgencia plenaria? Cualquier día se puede obtener una indulgencia plenaria en estos casos:

  • Adoración a la Eucaristía durante media hora.
  • Realización del Vía Crucis recorriendo las catorce estaciones erigidas meditando la Pasión del Señor.
  • Rezo del santo rosario (5 misterios seguidos) en una iglesia, o en familia, o acompañado de otros.
  • Lectura o audición de la Sagrada escritura durante media hora.

3. Indulgencias plenarias en circunstancias especiales.- En determinadas ocasiones pueden ganarse indulgencias plenarias. Por ejemplo:

  • En el momento de la muerte a quien hubiere rezado algo durante su vida (es muy consolador). En este caso no se precisa la confesión, ni la comunión, ni la oración por el Papa; pero es necesario estar bien dispuesto: en gracia de Dios, rechazando cualquier pecado, y habiendo deseado alguna vez ganar esta indulgencia.
  • Rezar un padrenuestro y un credo en un santuario o basílica (se concede una vez al año por santuario; santuario es una iglesia con muchos peregrinos, aprobada como santuario por el Obispo correspondiente).
  • Recibir la bendición papal Urbi et Orbi (o escucharla por radio o televisión, en directo).
  • Realizar ejercicios espirituales de al menos tres días completos.
  • Asistir a una primera Comunión.

4. Indulgencias plenarias en fechas especiales.- Hay varios días al año donde se pueden conseguir indulgencias plenarias, con algunas condiciones. Por ejemplo:

  • 31 de diciembre: recitando solemnemente un "Te Deum" en una iglesia, dando gracias a Dios por los beneficios recibidos el último año.
  • 1 de enero: recitando solemnemente el "Veni Creator" en una iglesia.
  • Los viernes de Cuaresma: después de comulgar, rezando ante un crucifijo la oración "Miradme o mi amado y buen Jesús".
  • En los oficios de Semana Santa: . jueves santo: recitando el "Tantum ergo" durante la exposición que sigue a la Misa. . viernes santo: asistiendo a los oficios. . sábado santo: renovando las promesas bautismales en la Vigilia Pascual.
  • Pentecostés: recitando solemnemente el "Veni Creator" en una iglesia.
  • Corpus Christi: participando en la procesión eucarística (dentro o fuera de la iglesia).
  • 2 Agosto: rezando un padrenuestro y un credo en la catedral o parroquia.

5. Indulgencias plenarias particulares.- Muchas instituciones gozan de indulgencias en determinados días del año, coincidiendo normalmente con fechas o santos propios. Hay un caso especialmente interesante, pues quienes llevan el escapulario del Carmen se unen a la familia carmelita y pueden ganar indulgencia plenaria el día en que le imponen el escapulario y los siguientes días:

  • 16 de mayo (San Simón Stock).
  • 16 de julio (Virgen del Carmen). 20 de julio (San Elías Profeta).
  • 1 de octubre (Santa Teresa de Lisieux). 15 de octubre (Santa Teresa de Jesús).
  • 14 de noviembre (Todos los Santos Carmelitas).
  • 14 de diciembre (San Juan de la Cruz).

C. INDULGENCIAS PARCIALES

1. Condiciones para conseguir una indulgencia parcial: Cada día pueden ganarse muchas indulgencias parciales, con cumplir sólo tres condiciones: estar en gracia de Dios, realizar las obras que la Iglesia premia con esa indulgencia, y tener intención al menos general de ganar la indulgencia.

2. ¿Qué premios aportan las indulgencias parciales? Las indulgencias parciales proporcionan una remisión de la pena del mismo valor que el otorgado por esa misma acción. Dicho de otro modo: en las indulgencias parciales, la Iglesia duplica el mérito de esas acciones.

3. Oraciones premiadas con indulgencia parcial. Digamos unas cuantas (todas ellas deben rezarse piadosamente, como es lógico):

  • El Angelus, el Magnificat, la Salve, el Acordaos, las Letanías u otras oraciones marianas aprobadas. Lo mismo a san José o al propio ángel custodio. También con el Credo.
  • rezar con devoción filial por el Papa una oración aprobada.
  • rezar agradecido la oración por los benefactores.
  • rezar antes y después de comer una oración aprobada de súplica y de acción de gracias. Lo mismo al empezar y acabar el día o el trabajo.
  • visitar al Santísimo adorándolo; rezar una comunión espiritual; recitar una de las oraciones aprobadas de acción de gracias tras la Comunión (ej.: Alma de Cristo; Miradme o mi amado y buen Jesús).
  • hacer examen de conciencia con propósito de enmendarse; rezar el Yo Confieso u otro acto de contrición aprobado.
  • hacer la señal de la cruz diciendo En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

3. Otros ejemplos de indulgencias parciales. Si falta algún requisito a una indulgencia plenaria, suele alcanzarse una indulgencia parcial. Además de esto, hay muchas acciones premiadas por la iglesia con indulgencia parcial. Digamos unas cuantas:

  • decir mentalmente una oración breve al trabajar o al soportar los sufrimientos de la vida.
  • dedicarse uno mismo o gastar bienes en servicio a los demás, por amor a Dios.
  • privarse libremente de algo grato y correcto, con espíritu de penitencia.
  • dar testimonio de la propia fe; trabajar en la enseñanza o trasmisión de la doctrina cristiana.
  • usar piadosamente un objeto de piedad bendecido (crucifijo, rosario, escapulario o medalla).
  • dedicar un tiempo a la oración.
  • asistir devotamente a cualquier predicación de la palabra de Dios.
  • asistir piadosamente a una novena pública (ej.: Inmaculada).

4.¿Es raro que no se haya mencionado la misa? Según la tradición, no se incluye la participación en la misa ni los sacramentos entre las indulgencias pues ya tienen en sí mismos una gran eficacia santificadora y de purificación.

5. ¿Dónde encontrar todas las indulgencias? Sobre las condiciones para ganar indulgencias hay un breve resumen en esta web del vaticano (en español). Las normas completas están en estos documentos, también del vaticano (un texto muy amplio en latín, con un resumen al final).

sábado, 5 de julio de 2008

Nuevos Diáconos Permanentes para la diócesis de San Justo - Buenos Aires

El Obispo diocesano Mons. Baldomero Carlos Martini, conferirá el sacramento del Orden Sagrado en el grado de Diáconos, a tres acólitos alumnos de la Escuela de Ministerios y Diaconado Permanente de la diócesis de San Justo., ellos son: CARLOS MARIA CENTURION, JUAN JOSÉ LLOVERAS y RODOLFO SANCHEZ RUBIO. La celebración se realizará en la iglesia catedral el próximo 14 de agosto a las 20:30 horas. Tengamos presentes en nuestras oraciones a estos nuevos ministros , rogando que sean hombres llenos del Espíritu Santo para gloria de Dios y bien de su Iglesia.

jueves, 26 de junio de 2008

Taller para guias de misas y confección de guiones

Los días 14 y 21 de junio pasado se desarrolló el taller preparado por la Secretaria de Liturgia, Música y Arte Sacro de Diócesis de San Justo. El taller estuvo a cargo del diácono Jorge Roncagliolo, y en el mismo participaron 34 personas de diferentes parroquias, que profundizaron en temas tales como: la identidad del monitor o guía de misa, su actitud frente a la asamblea, sus distintas intervenciones durante la celebración, cómo preparar un guión, finalidad del guión, que elementos deben tenerse en cuenta al prepararlo, etc. La actividad del taller concluyó con un trabajo práctico, que tuvo la participación interesada de los participantes.

martes, 3 de junio de 2008

Taller para guias de misa y preparación de guiones

La Secretaría diocesana de Liturgia, Música y Arte Sacro de la diócesis de San Justo - Buenos Aires, ha programado la realización de un taller destinado a la formación de guías de misa y al mismo tiempo a la correcta preparación de guiones. El emprendimiento se realiza en atención a la necesidad de que quienes se dedican a los ministerios litúrgicos, reciban la conveniente preparación que los capacite para desempeñarse con la habilidad y competencia que requiere su participación. Los encuentros se realizarán los días 14 y 21 de corriente mes, en la Casa de las Instituciones - San Justo.