domingo, 15 de marzo de 2015

A continuación les dejo una serie de elementos a tener en cuenta a la hora de tener que ejercer la función de lector en una celebración litúrgica.
Son reglas sencillas y claras, muy conocidas, pero que en general no son observadas por  quienes proclaman la Palabra de Dios, lo que ocasiona que el momento de la celebración de la Palabra carezca de la importancia y seriedad que le es propia.
Espero que sean de utilidad para el lector y para la asamblea litúrgica.

GUIA PARA UNA BUENA LECTURA LITÚRGICA

Cuando tenga que leer en las celebraciones litúrgicas, tenga en cuenta lo siguiente:
·         ¿Dónde hacer una pausa?
·         ¿Qué palabras enfatizar?
·         Distinguir los personajes, comunicándoles individualidad.
·         Evitar el tono monocorde.
·         Usar la intensificación de la voz para expresar alguna emoción.
·         Aprender a usar el ritmo para marcar también alguna emoción. (acelerado o lento dependiendo en cada caso del contexto.
·         Cada palabra tiene parámetros distintos de: intensidad, ritmo, cadencia, tono, según el lugar que ocupa en la frase.
·         En un pasaje largo se debe hacer notar las variaciones de ritmo, y tono, así como de intensidad para lograr el efecto apropiado.
·         Las palabras claves, aquellas que transmiten el significado de una frase, deben ser descubiertas por el lector al preparar la lectura. Estas deben destacarse por el énfasis al leerlas.
·         Cuando una oración expresa más de una idea, cada una de éstas deberá ser destacada, empleando la voz.
·         Las pausas tienen distintas duraciones; muchas pausas hacen una lectura irregular, pocas pausas, la hacen incomprensible.
·         Articular las palabras, sus vocales y consonantes. 
·         Las palabras que forman un grupo se deben leer sin interrupción para no romper el sentido.
·         ¿Cómo dar vida a la lectura?, con el tono y el ritmo; de otra manera una lectura puede tener claridad pero ser monótona y tediosa.

                                    Pausas
      Tener en                Énfasis - intensidad
      Cuenta:{               Ritmo                                        
                                    Inflexiones                
                                    Expresividad} Sinceridad.
                                                           Claridad.
                                                           Originalidad
                                                           Recogimiento.
                                                           Respeto.
                                                                             



ACTITUDES DEL LECTOR EN LA ASAMBLEA LITÚRGICA

·         Los lectores llegan juntos al ambón. Frente al altar hacen reverencia y suben al ambón en el orden establecido. Luego se retiran juntos, hacen reverencia frente al altar y vuelven a sus lugares.
·        Ajustar el micrófono frente a su boca, manteniéndose a una distancia de 15 centímetros aproximadamente.
·         Pararse derecho, las manos juntas o sobre el libro, no tomadas atrás, menos aún en los bolsillos, ni de brazos cruzados.
·        Cuidar el vestido. Tanto varones como mujeres, no subir al ambón en short, ni con ropas demasiados escotadas. Usar vestimenta sencilla, digna de la función que cumple en la asamblea.
·         Comenzar la lectura cuando haya absoluto silencio por parte de la asamblea.
·         Mirar a la asamblea, y comenzar: “Lectura...
·        Mantener la calma. El que preparó la lectura, ya sabe lo que va a leer y esto influye en tener y mostrar una actitud de tranquilidad.
·         Cada tanto, si se puede, levantar la vista y mirar a la asamblea.
·         Si hay equivocación al leer una palabra o frase, no ponerse nervioso; tranquilamente se detiene la lectura y se repite con naturalidad la palabra o frase, sin decir: perdón.
·         No apurarse, aunque se tenga la tentación de hacerlo.
·         Leer las últimas palabras, de manera más lenta, de modo que note que el texto termina.
·         Después del último punto, hacer una pausa de 3 (tres) segundos, y entonces sí, decir “¡Palabra de Dios”.



viernes, 6 de marzo de 2015

Cuaresma: conversión y penitencia

El proceso de la conversión y de la penitencia fue descrito maravillosamente por Jesús en la parábola llamada "del hijo pródigo", cuyo centro es "el Padre misericordioso" (Lc 15,11-24): la fascinación de una libertad ilusoria, el abandono de la casa paterna; la miseria extrema en que el hijo se encuentra tras haber dilapidado su fortuna; la humillación profunda de verse obligado a apacentar cerdos, y peor aún, la de desear alimentarse de las algarrobas que comían los cerdos; la reflexión sobre los bienes perdidos; el arrepentimiento y la decisión de declararse culpable ante su padre, el camino del retorno; la acogida generosa del padre; la alegría del padre: todos estos son rasgos propios del proceso de conversión. El mejor vestido, el anillo y el banquete de fiesta son símbolos de esta vida nueva, pura, digna, llena de alegría que es la vida del hombre que vuelve a Dios y al seno de su familia, que es la Iglesia. Sólo el corazón de Cristo que conoce las profundidades del amor de su Padre, pudo revelarnos el abismo de su misericordia de una manera tan llena de simplicidad y de belleza.
(Fuente: conocereisdeverdad.org)

martes, 3 de marzo de 2015

Dijo Dios: «Produzca la tierra animales vivientes según su especie: ganados, reptiles y bestias salvajes según su especie». Y así fue. Dios hizo las bestias de la tierra, los ganados y los reptiles campestres, cada uno según su especie. Vio Dios que esto estaba bien. Gen. 1, 24-25.
 

Hagamos el bien, no una santidad fingida, invitó el Papa Francisco

Hagamos el bien, no una santidad fingida, invitó el Papa Francisco

lunes, 2 de marzo de 2015

INTENCIONES DEL SANTO PADRE PARA EL MES DE MARZO:
INTENCIÓN UNIVERSAL: Para que quienes se dedican a la investigación  científica se pongan al servicio del bien integral de la persona humana.
INTENCIÓN POR LA EVANGELIZACIÓN: Para que se reconozca cada vez más la contribución propia de la mujer a la vida de la Iglesia.