lunes, 28 de marzo de 2011

Un Congreso sobre Adoración Eucarística

Del 20 al 24 de junio próximo, se llevará a cabo en Roma, un Congreso Internacional sobre "la Adoración Eucarística". La realización del mismo ha sido programado a partir de una iniciativa del obispo de Fréjus-Toulon, Mons. Dominique Rey. El evento contará con la asistencia de los cardenales Cañizares (Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos) y otros conocidos como Ranjith, Arinze, Piacenza, Burke y Turkson. La presente entrega se hace a partir de una entrevista concedida por Mons. Rey a Zenit Italia, y traducida por "La Buhardilla de Jerónimo".

La Iglesia se está movilizando intensamente para preparar este Congreso internacional sobre la Adoración Eucarística. ¿Cuál es su importancia y cuáles son las expectativas para este congreso?
Este congreso se encuadra perfectamente en la obra llevada adelante por el Papa Benedicto XVI que, tras las huellas de Juan Pablo II, quiere promover una nueva toma de conciencia sobre la urgencia misionera a la que se enfrenta, hoy más que nunca, la Iglesia. El tema del congreso, “De la adoración a la evangelización”, subraya que este nuevo impulso misionero se debe enraizar en la vida eclesial y eucarística. La primera condición de la evangelización es la adoración. Por desgracia, algunas propuestas misioneras de hoy se presentan más como marketing o promoción comercial que como testimonio de fe. El riesgo es una distorsión del método de evangelización.
Es la primera vez que se lleva a cabo en Roma un encuentro sobre este tema. Y la participación de numerosos cardenales, obispos y testigos que obran en el campo como evangelizadores y adoradores, pone en evidencia el interés suscitado por el encuentro. Este congreso quiere dar un alma y una espiritualidad a esta nueva evangelización tan necesaria para la renovación de la Iglesia y para la irradiación del mensaje evangélico.
¿Por qué es importante la adoración? ¿Quién está llamado, en su opinión, a la adoración?
La adoración eucarística constituye una prolongación de la celebración eucarística. El creyente acoge el ofrecimiento de Cristo que se da al Padre para la salvación de Cristo. Adorar al Santísimo Sacramento significa entrar en contemplación de Jesús Eucaristía. Significa aceptar, al mismo tiempo, como dirá el apóstol Pablo, ofrecer nuestra misma vida en sacrificio para participar en la salvación de Cristo.
La adoración es un gesto de reconocimiento, al contemplar hasta qué punto Cristo nos ama, haciéndose alimento, y es también un gesto personal en el que también nosotros podemos entrar, en Él y por Él, en esta obra de salvación.
Todo cristiano está llamado, en virtud de su consagración bautismal, a convertirse en adorador en espíritu y en verdad. Recuerdo la frase de la filósofa Simona Weil que solía decir después de su conversión: “Finalmente he descubierto alguien frente a quien ponerme de rodillas”. En el Apocalipsis descubrimos que la gloria celestial consistirá en el júbilo y en la adoración. Si comienzo a adorar hoy, me preparo parar entrar en la plenitud de mi condición filial cuando contemplaré el rostro de Dios. Todo hombre está hecho para adorar, es decir, para reconocer el señorío de Cristo y, en este gesto de donación de sí mismo, que implica la adoración, donarse total y definitivamente a Él.
El congreso está organizado por los Misioneros de la Santísima Eucaristía, una nueva comunidad que usted fundó en su diócesis en el 2007. ¿Cuál es la misión de esta comunidad en la Iglesia actual?
Esta asociación de clérigos de derecho diocesano está llamada, bajo mi vigilancia, a desarrollar en la Iglesia la adoración eucarística en el corazón de la vida parroquial. Esta asociación organiza misiones eucarísticas en colaboración con las diócesis y los sacerdotes que recurren a sus servicios, no sólo para desarrollar una auténtica devoción eucarística sino también para hacer entrar a las comunidades cristianas en un espíritu misionero, en un nuevo impulso pastoral. Los parroquianos están llamados a acercarse, día y noche, a la adoración del Santísimo Sacramento expuesto. Para esto se necesita brindar una catequesis eucarística.
Los Misioneros del Santísimo Sacramento están presentes en los Estados Unidos y en Italia, si bien su sede central se encuentra en Sanary (Var, Francia). Van de parroquia en parroquia, difundiendo y promoviendo la enseñanza del Magisterio y de autores espirituales, sobre el valor de la adoración eucarística.
¿A quién se dirige este congreso? ¿Qué quiere proponer en concreto?
El congreso está dirigido a todos aquellos que en la Iglesia son ya sensibles a la importancia de la adoración eucarística, pero más en general a todos los pastores, consagrados y laicos que deseen profundizar el sentido de la Eucaristía, en su dimensión litúrgica, de sacrificio, social, y en el vínculo entre adoración y celebración. Las jornadas estarán marcadas por las celebraciones eucarísticas, en la forma ordinaria y extraordinaria, así como por otras funciones litúrgicas. Habrá momentos de adoración al Santísimo Sacramento.
Las enseñanzas principales serán ofrecidas por la mañana. Están previstos también momentos de intercambio, en los que se afrontarán temas más concretos. El congreso concluirá con la procesión eucarística de la solemnidad del Corpus Domini, presidida por el Santo Padre Benedicto XVI.
¿La adoración eucarística ha tenido un rol central en su vocación personal o en su ministerio de sacerdote y obispo?
He descubierto con mayor intensidad la adoración eucarística cuando era rector del santuario de Paray le Monial. Siendo miembro de la Comunidad Emanuel y estando junto al fundador, Pierre Goursat, que era un ferviente adorador del Santísimo Sacramento, experimenté hasta qué punto esta oración daba fuerza a mi vida espiritual y sacerdotal. Toda fecundidad cristiana es sacrificial. Encuentra su origen en el gesto que Cristo realiza en su Pascua y que la Eucaristía actualiza en cada celebración.
En la adoración eucarística fijamos nuestra mirada sobre este gesto infinito de amor que la Iglesia no deja de retomar en cada Misa. He podido constatar los muchos frutos espirituales y misioneros de la adoración eucarística en el contexto de las diversas responsabilidades ministeriales que he asumido. Por este motivo, he tomado la iniciativa de presentar al cardenal Antonio Cañizares Llovera, prefecto de la Congregación para el Culto divino, este proyecto y he pedido a los Misioneros de la Santísima Eucaristía que se ocuparan de la organización.
Fuente: Zenit (edición en lengua italiana)
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

sábado, 26 de marzo de 2011

Reflexión para el domingo III de Cuaresma - Ciclo A

Domingo III de Cuaresma – Ciclo A (Juan 4, 5-42) – 27 de marzo de 2011
En medio de una noche oscura como la boca de un lobo, el Capitán del barco reconoció a lo lejos la luz de otra embarcación que venía directamente hacia ellos. En seguida dio una orden al telegrafista. Ordénele a esa embarcación que cambie su rumbo diez grados a estribor. Un momento después llega un mensaje a la cabina del Capitán: “Ustedes deben cambiar su rumbo diez grados a babor”. El Capitán pide que el mensaje esta vez sea más explícito: “Soy el Capitán Baquero, le ordeno que gire su rumbo diez grados a estribor”. Mientras pasa todo esto, la luz se va acercando de manera rápida y peligrosa. Se recibe un nuevo mensaje en la cabina: “Soy el marinero Barragán. Le sugiero que gire su rumbo diez grados a babor”. El Capitán muy contrariado y viendo que la luz ya está demasiado cerca envía una última advertencia: “Estoy al mando de un buque de guerra. Modifique su rumbo diez grados a estribor o no respondo por lo que pueda pasar”. La respuesta que llega los deja a todos estupefactos: “Modifique su rumbo diez grados a babor. Tampoco respondo por lo que pueda pasar. Estoy al mando de un faro. Usted verá”.
La samaritana que llega a mediodía al pozo de Jacob, a las afueras de Sicar, en busca de agua, se encuentra, sorpresivamente, con que un judío, con rostro cansado, le pide de beber. “Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. Los discípulos habían ido al pueblo a comprar algo de comer. En eso, una mujer de Samaria llegó al pozo a sacar agua, y Jesús le dijo: – Dame un poco de agua”. La sorpresa aumenta cuando este atrevido personaje le termina ofreciendo agua viva sin tener si quiera un balde y una soga para sacar una gotas de agua del profundo pozo. “Jesús le contestó: – Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva”. Pero, sin duda, las sorpresas apenas comenzaban, pues más tarde se sintió confrontada con la verdad de su vida. “Jesús le dijo: – Ve a llamar a tu marido y vuelve acá. La mujer le contestó: – No tengo marido. Jesús le dijo: – Bien dices que no tienes marido; porque has tenido cinco maridos, y el que ahora tienes, no es tu marido. Es cierto lo que has dicho”.
Muchas veces salimos al encuentro de los demás revestidos con nuestras armaduras para defendernos y no dejar entrar a los otros en nuestra vida. Pero es frecuente que nos tropecemos con la sorpresa de descubrirnos vulnerables y nos veamos obligados a cambiar nuestro rumbo para abrirnos a nuestra propia verdad. Es lo que le pasó al capitán del barco con el que comenzamos esta reflexión. Se sentía seguro y fuerte, pero tuvo que dejar a un lado su propio camino, porque estaba navegando hacia su propia destrucción. Algo parecido pasa cuando nos encontramos con la Palabra de Dios; ella nos confronta y nos ayuda a descubrir nuestra propia verdad. “Porque la Palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos y penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta lo más íntimo de la persona; y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4,12).
Este tiempo de Cuaresma nos invita a revisar nuestros caminos y corregir nuestro rumbo. Como la samaritana, El encuentro con Jesús pone en evidencia el camino equivocado que estamos siguiendo, al dejarnos guiar solamente por nuestros criterios.
Hermann Rodríguez Osorio, S.J
(Fuente: periodistadigital.com)

sábado, 12 de marzo de 2011

Reflexión para el I Domingo de Cuaresma

«Si ya has encontrado a Dios, avísame dónde está, porque yo llevo muchos años buscándolo y no lo encuentro». La tía Lucía me dejó caer hace un tiempo esas palabras que quedaron retumbando en mi alma como un eco sordo al fondo de un abismo... «Avísame dónde está...». Evidentemente, la frase condicional con la que comenzó fue la que más me inquietó: «Si ya has encontrado a Dios...». Es bien arriesgado decir que he encontrado a Dios, pero lo que sí no me da miedo decir es que descubro pistas de su presencia en la Palabra que ilumina la Vida y que invita a construir Comunidad. Como la tía Lucía, muchas personas que nos rodean nos piden señales, pruebas, huellas de Dios en su vida cotidiana. No es que no lo quieran ver; es que no lo ven por ninguna parte y de verdad están buscando el sentido de sus vidas.
El Señor Jesús, Palabra transparente de Dios en nuestra historia, conducido por el Espíritu, fue probado en el desierto. Lo que lo sostuvo, en medio de la tentación, fue el apoyo que encontró en la Escritura. Tal como lo describe el Evangelio de san Mateo, Jesús dijo ante la tentación: «No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que salga de los labios de Dios» (Mateo 4,4); más adelante añadió: «No pongas a prueba al Señor tu Dios» (Mateo 4,7); y, por último, dijo; «Adora al Señor tu Dios y sírvelo sólo a él» (Mateo 4,10). Tres referencias a la Escritura con las que Jesús supo defenderse de las tentaciones que lo acosaban de muchas formas: Deseos de lucirse ante los demás haciendo milagros: “Si de veras eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en panes”. Deseos de tener honores y ser reconocido por los demás: “Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo (...)”. Deseos de poder y dominación: “Yo te daré todo esto, si te arrodillas y me adoras”.
¡Cuántas veces sentimos la tentación de tener el poder de hacer milagrosamente lo que queremos! Como convertir las piedras en panes... ¡Cuántas veces sentimos la tentación de probar a Dios exigiéndole lo imposible! Como lanzarse al vacío desde lo alto del templo, esperando que los ángeles vengan a rescatarnos... ¡Cuántas veces sentimos la tentación dominar a los demás arrodillándonos ante dioses falsos! Como cuando colocamos el poder, el tener y el saber por encima del ser mismo de cada ser humano...
Hay que notar que en la segunda tentación, el mismo diablo cita la Escritura para presentar al Señor su tentación: “Si de veras eres Hijo de Díos, tírate abajo; porque la Escritura dice: ‘Dios mandará que sus ángeles te cuiden. Te levantarán con sus manos para que no tropieces con piedra alguna”. La habilidad del mal llega a valerse de la Escritura para poner zancadillas a gente buena. Por eso la invitación del Señor no es a referirse a la Escritura como arrancando frases de sus contextos literarios, ni para lanzarlas sin más sobre nuestros contextos existenciales. De lo que se trata es de saber apoyarnos en su Palabra para desentrañar el misterio de Dios en el corazón de nuestra propia historia. ¿Cómo vamos a encontrar a Dios en medio de nuestras vidas si no nos encontramos cotidianamente con su Palabra? Confío en que esto le sirva de pista a la tía Lucía, y a tantas otras personas que buscan sinceramente el sentido de sus vidas, para con Dios. que algún día puedan decirme que se han encontrado cara a caraa Dios.

Autor Hermann Rodriguez Osorio SJ
Fuente: Encuentros con la Palabra.com


jueves, 3 de marzo de 2011

Cardenal Bartolucci: cuatro décadas al frente del "Coro del Papa".

Oportunamente el sitio católico de noticias ZENIT.org. entrevistó a quien fuera durante cuarenta años Director del Coro de la Capilla Sixtina.
Aquí transcribimos totalmente dicha entrevista, invitando a que cada lector saque sus propias conclusiones.
ROMA. (ZENIT.org) Entre los nuevos cardenales que fueron creados durante el consistorio el pasado 20 de noviembre está Domenico Bartolucci, quien por más de 40 años sirvió como director del Coro Capilla Musical Pontificia “Sixtina”.
A pesar de haber superado la edad de cardenales electores, con 93 años, Benedicto XVI lo agregó al Colegio Cardenalicio por la “generosidad y dedicación en el servicio de la Iglesia”, como afirmó el pasado 20 de octubre cuando anunció el consistorio. Sus obras han sido publicadas en varios volúmenes. ZENIT lo entrevistó.
-¿Cómo recibe este nombramiento?
Cardenal Domenico Bartolucci: No me lo esperaba. Es cierto que es un signo de amor del Papa por la música sacra, un reclamo evidente, especialmente en este momento de crisis, Antes la música era el alma de la liturgia. Incluso en países – yo soy toscano, de un pueblecito llamado Borgo San Lorenzo – todos cantaban en las plazas, las iglesias, las procesiones, y escuchando las bandas musicales. Hoy hay chicos muy talentosos pero la formación musical es a menudo poco adecuada. No sé quién es el culpable pero actualmente prevalece el estadio y las discotecas y todo está reducido al mercado.
-¿Cómo descubrió su vocación a la música?
Cardenal Domenico Bartolucci: Desde pequeño crecí junto a mi padre que era un cantante apasionado de la Iglesia. En el seminario la música era muy importante aunque en un sentido a mí me la impedían porque los superiores temían que esto me distrajera del estudio del griego y el latín. Luego vine a Roma y allí quedé encantado de la vitalidad de las capillas musicales de las basílicas. Fui nombrado vice maestro de San Juan de Letrán y luego maestro de la Capilla Musical Liberiana de Santa María la Mayor como sucesor de Licinio Refice en 1955 vice maestro de la Sixtina con Perosi. Estuve con él cuatro años y luego de su muerte en 1956 Pío XII me nombró Director Perpetuo de la Capilla Musical Sextina. A pesar de ello, cuando cumplí 80 años me relevaron del cargo. No me informaron de esto, lo supe cuando nombraron a mi sucesor.
-¿Cómo fue este período como director de la Capilla Sextina?
Cardenal Domenico Bartolucci: La Sixtina tuvo una gran vitalidad hasta el Concilio. Recuerdo las bellísimas funciones con el Papa Pacelli y con el papa Juan XIII. Después de la Reforma litúrgica nuestra contribución en las liturgias papales fue redimensionada. Nos salvamos con los conciertos en todo el mundo donde se pudo mantener el patrimonio de la Capilla: viajamos a Austria, Alemania, Irlanda, Francia.Bélgica. España. Filipinas, Australia, Canadá, Estados Unidos, Turquía, Polonia y Japón.
-¿Cómo era el interés de Pío XII hacia la música sacra?
Cardenal Domenico Bartolucci: El Papa Pacelli amaba la música sacra y en ocasiones para descansar tocaba el violín. Con él las funciones muchas veces se llevaban a cabo justamente en la Capilla Sextina. Era una figura extraordinaria, de grande cultura y humanidad.
-¿Y en la época de Juan XIII? 
Cardenal Domenico Bartolucci: La Capilla Sixtina le debe mucho a Juan XIII. Bajo su pontificado fue aprobado por su propio interés mi proyecto de reforma. Con Perosi (su predecesor en la dirección del coro de la Capilla Sixtina n.d.r) las cosas, lamentablemente, también por causa de su enfermedad, eran degradantes. La Capilla no tenía, por ejemplo una estructura fija de cantores, una sede o un archivo. Gracias al papa Juan XIII reconstruimos todo casi de la nada y pudimos crear la Schola puerorum exclusiva para chicos. Con los niños en navidad cantábamos en el apartamento del papa delante del pesebre. Era conmovedor.
-¿Cree que la música sacra podrá volver a lo que era antes?
Cardenal Domenico Bartolucci: Se necesitará tiempo. Ya no existen los maestros de otras épocas porque ya no se ve la necesidad de que existan. Esperemos. Benedicto XVI ama mucho el canto gregoriano y la polifonía y quiere recuperar el uso del latín. Entiende que sin el latín el repertorio del pasado está destinado a ser archivado. Es necesario volver a una liturgia que de espacio a la música, al gusto de lo bello, y también al verdadero arte sagrado.
-¿Qué piensa del canto de la asamblea durante las celebraciones litúrgicas?
Cardenal Domenico Bartolucci: Es necesario estar atentos y no generalizar. No estoy en contra del canto del pueblo como algunos me han acusado. Es más, ya desde antes del concilio escribí cantos del pueblo para la liturgia en italiano. Estaban muy difundidos en las parroquias. Hay pues contextos donde se pide necesariamente una Schola cantorum o de todas maneras un coro que pueda hacer verdadero arte. Pensemos por ejemplo al repertorio del canto gregoriano que requiere verdaderos artistas para que sea hecho como se debe, o al grande repertorio polifónico. En estos casos el pueblo participa en todos los derechos, nutriéndose y escuchando, pero son los cantores quienes ponen al servicio de los demás su profesionalismo y su competencia. Lamentablemente muchos en estos años de novedad han pensado que participar quiere decir “hacer cualquier cosa”.
-¿Cuáles son sus autores preferidos, sus fuentes de inspiración?
Cardenal Domenico Bartolucci: Para la música sacra los grandes patriarcas son Palestrina y Bach. Palestrina es quien primero ha intuido qué quiere decir el ajuste perfecto de la polifonía al texto sacro. No por casualidad el Concilio de Trento se refirió a él para establecer los cánones de la música sacra. Bach también es un grande pero refleja más el espíritu de los nórdicos. En todo caso ambos muestran que la música se hace con los grandes textos de la Iglesia. Occidente tiene una historia musical riquísima que la toman muchas culturas orientales. Hoy existe la necesidad de recuperarla y de darle el gusto y el espacio en el lugar en el que se estableció la liturgia.
Por Carmen Elena Villa
Fuente: Zenit.org

martes, 1 de marzo de 2011

Intenciones del Santo Padre para el mes de marzo

Intención General: Para que las naciones de América Latina puedan caminar en la fidelidad al Evangelio y sean pródigas en la justicia social y la paz.
Intención Misionera: Para que el Espíritu Santo dé luz y fuerza a las comunidades cristianas y a los fieles perseguidos o discriminados a causa del Evangelio en tantas regiones del mundo.