II. El Banquete de los Siete Discipulos
La cena de los siete Discípulos en el mar de Galilea está grabada por San Juan, el Evangelista (21, 9 sig.). San Pedro y sus compañeros pescadores, un total de siete, luego de tomar la milagrosa pesca, llevaron sus barcas a la orilla donde encontraron "unas brasas encendidas y un pez puesto sobre ellas y pan". El resucitado Salvador entonces les invito a comer, "Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle: ¿Tú quién eres?, sabiendo que era el Señor". El incidente narrado era tan apropiado como símbolo de la Eucaristía como el milagro de la multiplicación y como tal es una vez ilustrado en una pintura del siglo II. En este, como en todos los frescos eucarísticos, el símbolo de la Comunión aparece cercano a un símbolo bautismal. A primera vista la escena del banquete no parece diferente al tipo de representación previamente descrita: siete personas en una cena que consiste de panes y peces. Particularmente dos detalles diferencian esta imagen (Capilla del Sacramento A2, en el cementerio de Calixto), de los simbólicos banquetes basados en la milagrosa multiplicación. El primero de esos detalles es la ausencia del cesto de fragmentos siempre presentes en los frescos inspirados por el último tema y el segundo es el hecho que los siete comensales se encuentran desnudos, como invariablemente se representan a los pescadores en el arte clásico. Ciertamente podemos concluir que el autor de este fresco se inspiró en la cena del mar de Galilea, la cual ilustra como un símbolo de la Eucaristía. San Agustín alude a este símbolo cuando habla de los "peces asados" en las brazas como representando a Cristo crucificado (Piscis assus Christus est Passus, Tract. cxxiii, en Joan.).
Israel - hallazgo casual 30.X.2005, signos eucarísticos en
un altar de la Iglesia Católica... estamos en los años 195.ca
Durante los siglos I y II, con una sola excepción, el único símbolo eucarístico utilizado en el arte Cristiano lo fue el inspirado en la milagrosa multiplicación. La forma de representar este símbolo durante el periodo apenas vario: siete comensales comparten los simbólicos panes y peces mientras las cestas de pan están distribuidas a los lados. Sin embargo, en una ocasión los huéspedes fueron omitidos y solamente el trípode, con los panes, peces y las cestas de panes, fué ilustrado. Este fresco, que ocupa una porción de la Capilla del Sacramente que contiene el símbolo de los siete Discípulos, Wilpert lo considera como un tipo de compendio de los dos símbolos de la Consagración y la Comunión anteriormente descritas. Durante el siglo III, en un número de frescos, se adopto una nueva forma para representar los símbolos eucarísticos favoritos. Estos son la escena donde Cristo realiza el milagro de la multiplicación tocando con una vara una de las varias cestas de pan ubicadas frente a Él. En los panes también se notan incisiones hechas a manera de cruces. Pinturas de este tipo eran símbolos de la Consagración. Una de ellas (en la cámara III en la catacumba de Santa Domitila), es de singular interés. Desafortunadamente ha sufrido serios daños a manos de coleccionistas. Con la ayuda de un diseño realizado por Bosio, Wilpert ha sido capaz de reproducir la imagen que consiste de tres escenas. En el centro Cristo realiza el milagro de la multiplicación con una vara. En el lado derecho, Él esta nuevamente representado con su diestra levantada en un gesto de oración, mientras en los pliegues de su pallium se notan cinco panes marcados con la cruz. Balanceando la figura a la izquierda esta la mujer samaritana sacando agua del pozo de Jacob. De acuerdo a los principios generales en que se basa el temprano arte Cristiano, se intentaba alguna relación entre los tres grupos de imágenes. Ordinariamente la mujer samaritana era símbolo del refrigerium (o refresco) pedido en el recordatorio por los difuntos durante la Misa.
En la ocasión actual Wilpert estima que el propósito de ella era simbolizar el alma gozando de la felicidad eterna: la Eucaristía como una fuente de agua (Jn 4, 14) "se hará en él una fuente que salte hasta la vida eterna", siendo una promesa de inmortalidad. En la catacumba de San Calixto hay una cuarta pintura del milagro de la multiplicación que mejor se acomoda a la narración histórica que las representaciones previas. En esta Cristo es representado con ambas manos sobre los panes y peces que le llevaron a Él dos Apóstoles. Se puede añadir que aún existen en las catacumbas romanas más de treinta frescos de la milagrosa multiplicación. Para una exacta y confiable reproducción de los mismos ver Wilpert, "Le Pitture delle catacombe Romane", Roma, 1903.
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