domingo, 24 de agosto de 2008

EL CULTO A LA EUCARISTIA FUERA DE LA MISA

ADORACIÓN EUCARÍSTICA VISITA DIARIA AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Por la señal.

1. ORACIÓN PREPARATORIA. Aquí estoy en tu divina presencia, Jesús mío, para visitarte.

He venido, Señor, porque me has llamado.

Tu presencia real en la Sagrada Eucaristía, es el eco de aquellas palabras que nos dirigís en el Evangelio: "Vengan a Mí todos los que estáis cargados y agobiados y Yo los aliviaré". Aquí vengo, pues, como enfermo al Médico, para que me sanes; como pecador al Santo, para que me santifiques; y como pobre y mendigo al rico, para que me llenes de tus divinos dones.

Creo, Jesús mío, que estás en el Santísimo Sacramento del Altar, tan real y verdaderamente como estabas en Belén, como estabas en la cruz y como estas ahora en el Cielo.

Espero en Ti, que eres poderoso y bueno, para santificar mi alma y salvarme.

Te amo con todo mi corazón, porque eres la Bondad infinita, digno de ser amado de todas las criaturas del Cielo y de la tierra; y me has amado hasta derramar tu sangre y dar tu vida en la cruz por mi.

Vengo aquí a buscar un refugio contra la corrupción del mundo. En el mundo hay falsedad y mentira; vengo a Ti que eres la Verdad eterna. El mundo tiene abismos de maldad; vengo a Vos que eres el único camino de la felicidad. En el mundo hay sensualidad y pecado; vengo a Ti que eres Vida y Santidad de las almas.

¡Dame luz, Señor! ¡Que yo te vea presente en el Sagrario con los ojos de la fe; y que mi corazón beba hasta saciarse de la fuente del Amor divino que brota de tu Corazón Sacramentado!

2. LECTURA MEDITADA (Puede ser el evangelio del día).

3. COMUNIÓN ESPIRITUAL. Creo, Jesús mío, que eres el Hijo de Dios vivo, que has muerto en la cruz por mi, y estas ahora real y verdaderamente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te pido perdón de todos mis pecados. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte. Ven a mi corazón. Te abrazo.

Jesús, José y María, les doy el corazón y el alma mía.

4. ESTACIÓN AL SANTÍSIMO. Está constituida por cinco Padrenuestros, Avemarías y Glorias, por las cinco llagas y uno por las intenciones del Santo Padre.

5. Aclamaciones Eucarísticas. Bendito sea Dios. Bendito sea su Santo Nombre. Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito. Bendita sea María Santísima, la excelsa Madre de Dios. Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción a los Cielos. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

6. ORACIÓN FINAL. Gracias, Jesús mío, por la bondad con que me has recibido y permitido gozar de tu presencia y compañía.

Me vuelvo a mis ocupaciones. Mi corazón queda aquí contigo. En mi trabajo y en mis descansos me acordaré de Ti, y procuraré vivir con la dignidad que merece tu amistad divina.

Dame tu bendición y concédeme todas las gracias, que necesito, para amarte y servirte con la mayor fidelidad.

Bendice, Señor, a nuestro Santísimo Padre el Papa Benedicto XVI, ilumínalo, santifícalo y líbralo de todos sus enemigos.

Bendice a Tu Iglesia Santa y has que su luz brille en todas las naciones; y que todos conozcan y adoren al único verdadero Dios y a su Hijo Jesucristo.

Bendice a tus sacerdotes, santifícalos y multiplícalos.

Bendice y protege a nuestra nación.

Bendice a todos nuestros bienhechores y concédeles la bienaventuranza eterna.

Bendice a los que nos han ofendido y cólmalos de beneficios.

Bendice a todos nuestros familiares y has que vivan todos en tu gracia y amistad y que un día nos reunamos en la Gloria.

Da el descanso eterno a todas las almas de los fieles difuntos que están en el Purgatorio.

Da la salud a los enfermos. Convierte a todos los pecadores. Danos a todos tu divino amor, para que la fe que nos impide ahora ver tu santísimo rostro se convierta un día en luz esplendorosa en la Gloria, donde en unidad con el Padre y el Espíritu Santo te alabemos y bendigamos por los siglos de los siglos. Amén.

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