Sinopsis:
Los ornamentos religiosos que se emplean en la misa y los demás
objetos tienen diferentes significados que, anclados en bases bíblicas,
nos acercan a la Pascua judía en la cual Nuestro Señor
ofreció su vida por nuestra redención.
La eucaristía es la actualización del sacrificio de Cristo.
En la Pascua judía se conmemora la salida de Egipto (leer Exodo
12), en la pascua cristiana se rememora la salvación por la
muerte de Jesús en la cruz. (la palabra "Pascua" viene
de un término hebreo que significa "paso"). Como muchos católicos desconocen los nombres de los elementos de la misa paso a describirlos brevemente.
El libro que usa en padre para leer se llama "misal", el cual reposa sobre un "atril" en el altar. El misal recuerda el libro judío que contiene el Seder o ritual de la pascua, libro denominado Hagadá.
Lo mismo que en la cena judía de Pascua, en el altar católico durante la misa se colocan dos cirios. (Puede haber más).
La bata blanca del padre se llama "alba" y significa la pureza. El padre se ajusta el alba con un cordón denominado "cíngulo", el cual representa el dominio de sí. La especie de bufanda que se pone el sacerdote es la "estola", que representa el poder sacerdotal y que tiene origen en el manto de oración de los judíos; debe utilizarse cuando se administran sacramentos. El manto que utiliza el celebrante sobre el alba es la casulla.
Los colores de la casulla y de la estola varían según la época del año (o sea, según el tiempo litúrgico) o la fiesta que se celebre:
- Blanco: representa alegría, se utiliza en la Fiesta del Señor, María, santos y los ángeles.
- Rojo: Color del fuego y la sangre, usado en pentecostés y fiestas de mártires.
- Verde: recuerda la esperanza, se usa en los domingos luego de pentecostés.
- Morado: el color de la penitencia, utilizado en adviento, cuaresma y en las misas de difuntos.
- Negro: Color del dolor, del viernes santo.
Los colores rojo y púrpura son de origen bíblico: "Dios ordenó que el hilo y la lana escarlata serían usados en las ceremonias litúrgicas (Lev 14:4; 6, 49-52; Num 19:6), y que Dios ordenó que las vestiduras de los sacerdotes fueran hechas con hilo púrpura y escarlata (Ex 28: 4-8, 15, 33, 39;39;1-8,24,29)."
La especie de pañuelo que se coloca sobre el cáliz es el "purificador".
El plato plano que se coloca sobre el cáliz es la patena.
El incienso que se quema es la continuación del uso judío de ese elemento, ordenado por Yavé desde los tiempos del Arca de la Alianza:
"Harás también un altar para quemar el incienso." (Ex 30, 1)Y dice el libro primero de las Crónicas:
"Aarón fue separado juntamente con sus hijos para consagrar por siempre las cosas muy sagradas, para quemar incienso ante Yavé, para servirlo y para bendecir en su nombre por siempre." (1 Cr 23, 13)La hostia, una vez consagrada por el sacerdote, es el cuerpo de Cristo; el vino, será la sangre de Cristo. Y no en forma figurada.
En la cena judía de Pascua se comía cordero, el cual cumplía la función de tomar sobre sí los pecados de los comensales. En la Pascua católica, se come con la hostia el cuerpo y sangre de Jesucristo (por eso el pan y el vino), el Cordero de Dios que toma sobre sí los pecados del mundo:
"Al día siguiente Juan vio a Jesús que venía a su encuentro, y exclamó: “Ahí viene el Cordero de Dios, el que carga con el pecado del mundo." (Jn 1, 29)Es Jesús quien ordena comer su cuerpo y beber su sangre:
"Los judíos discutían entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer carne?” Jesús les dijo: “En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él." (Jn 6, 52-55)El día en que Jesús instituye el sacerdocio con sus apóstoles, en la Ultima Cena, instituye la Eucaristía y dispone su celebración permanente:
"Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía.” Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo: “Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes”. " (Lc 22, 19-20)Se cumplió la profecía de Jeremías:
"Ya llega el día, dice Yavé, en que yo pactaré con el pueblo de Israel (y con el de Judá) una nueva alianza." (Jr 31, 31)Por eso la misa también es la renovación de la Alianza.
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