viernes, 30 de enero de 2009

Formación Litúrgica

LOS GESTOS LITURGICOS

No podemos vivir sin gestos y actitudes corporales. Ellos expresan lo que pensamos y sentimos: el abrazo, el beso, el apretón de manos, las lágrimas, el silencio....todos estos gestos surgen "naturalmente", al compás de nuestros pensamientos y emociones.

El hombre, participa y "crea" la liturgia. Por eso, la liturgia contiene muchos gestos y actitudes con los que intentamos expresar exterior y corporalmente nuestros sentimientos hacia Dios. Los gestos litúrgicos más destacados son: la señal de la cruz; las unciones; la imposición de la ceniza; los ojos elevados al cielo; ciertos gestos relacionados con las manos: manos juntas y plegadas sobre el pecho; manos que se golpean el pecho; manos elevadas y extendidas; manos que dan y reciben la paz; manos dispuestas para recibir el Cuerpo del Señor.

La Iglesia insiste en la necesidad de renovar, actualizar, "inculturar" los gestos con cada cultura, a fin de que las palabras y gestos sean más "significativos" para la mentalidad del hombre moderno e incluso para cada región y comunidad. La liturgia consta de una parte inmutable por ser de institución divina (la fórmula de la consagración por ejemplo), y de otras partes sujetas a cambio, que pueden y aún, deben ir cambiando, como lo ilustra la historia de la Iglesia.

"Por esta razón, los textos y los ritos se han de ordenar de manera que expresen con mayor claridad las cosas santas que significan y, en lo posible, el pueblo cristiano pueda comprender fácilmente y participar en ellas de manera plena, activa y comunitaria" (SC 21).

Este deseo de la Iglesia es por demás coherente: la repetición constante de los ritos, realizados generalmente sin conocer su significado, produce un inevitable desgaste y llegan a "no decir nada". La liturgia no es un teatro. La tarea de renovación litúrgica exige reflexión, creatividad y participación. Mientras tanto es necesario conocer el significado de los gestos y ejecutarlos con espontaneidad y convicción, haciendo de ellos auténtica expresión de nuestros sentimientos religiosos. Los gestos más utilizados son:

* MANOS JUNTAS: Es señal de respeto y de oración. Es un gesto de humildad , de actitud orante y confiada. Es el gesto más acomodado a la celebración litúrgica cuando las manos no han de emplearse en otros ritos o no se prescribe que se tengan levantadas. Es la mejor postura a la hora de ir a comulgar.

* EXTENDER LAS MANOS Y ELEVAR A LA VEZ LOS BRAZOS: Son súplicas solemnes; colecta, plegaria de la misa, paternóster, prefacio. Levantar y extender las manos al rezar expresa los sentimientos del alma que busca y espera el auxilio de lo alto. Hoy es un gesto reservado al ministro que celebra la santa misa.

* EXTENDER Y VOLVER A JUNTAR LAS MANOS: Es el deseo del sacerdote de estrechar a la asamblea en un común abrazo de fraternidad, de recoger las intenciones y deseos de todos para ofrecérselos a Dios, y derramar sobre ellos las misericordias de Dios.

* MANOS QUE DAN Y RECIBEN LA PAZ: Las manos extendidas, abiertas y acogedoras simbolizan la actitud de un corazón pacífico y fraternal, que quiere comunicar algo personal y está dispuesto a acoger lo que se le ofrece. Cuando unas manos abiertas salen al encuentro de otras en idéntica actitud, se percibe el sentimiento profundo de un hermano que sale al encuentro de otro hermano, para ratificar, comunicar o restablecer la paz.

* MANOS QUE RECIBEN EL CUERPO DEL SEÑOR: Las manos dispuestas para recibir la Santa Comunión han de ser signo de humildad, de pobreza, de espera, de disponibilidad y de confianza, de veneración y respeto.

* SEÑAL DE LA CRUZ: Es el gesto más noble y el más frecuente y elocuente. No es un garabato, que termina besándose uno el dedo pulgar. Se produce de dos modos: sobre uno mismo, con los dedos extendidos de la mano derecha; o, cuando un sacerdote debe bendecir en nombre de Cristo, sobre las personas u objetos con la misma mano levemente encorvada. Una sola vez, al inicio del oficio divino, se hace sobre los labios con el dedo pulgar para pedirle al Señor que Él mismo “los abra para poder proclamar con la boca sus alabanzas”. Debe hacerse desde la frente hasta el pecho, y desde el hombro izquierdo al derecho. ¿Qué significa hacerse la señal de la cruz? Primero venerar la cruz redentora de Cristo. Segundo, sellar con ella nuestra persona cristiana y así fortalecerla para hacer el bien y evitar el mal. Esa señal comienza en la frente, para que Dios, con su Santa Cruz, nos quite los malos pensamientos y nos proteja los buenos. Después de la frente va al pecho para que nos quite los malos deseos del corazón y nos proteja los buenos. Y finalmente, nos envuelve de izquierda a derecha, para proteger del mal todo nuestro ser.

* LA REVERENCIA: Consiste en ligeras inclinaciones de cabeza, ante imágenes, al recibir la Sagrada Comunión, cuando el acólito inciensa al sacerdote y al pueblo; o al incensar el mismo sacerdote hace reverencia al crucifijo o a la imagen de los santos, a modo de saludo reverente. Aquí no sólo es señal de cortesía humana, sino que las reverencias están revestidas de culto sagrado. También está la reverencia profunda, inclinando el cuerpo: al altar, en algunas de las oraciones propias del sacerdote durante la celebración de la Misa, y en el caso del diácono al pedir la bendición antes de la proclamación del Evangelio.

* LAS MIRADAS: Unas veces invitan a la admiración y adoración callada, de fe sentida y de recogimiento; por eso, clavamos la mirada en la Hostia consagrada y en el cáliz al levantarlos el sacerdote en la consagración, en la custodia de la exposición y bendición del Santísimo. También la mirada del sacerdote a la gente es señal de comunicación fraterna, de saludo cordial. Cuando los ojos están cerrados simbolizan, no tanto que estamos durmiendo, sino que estamos en profundo silencio y recogimiento para saborear la comunión, o las lecturas leídas. Es falta de respeto, cuando se da la homilía, no mirar al predicador. Simbolizaría desinterés total, despecho; también sería falta de cordialidad e interés si el predicador no mirase a los fieles a la hora de predicar. Cuando uno eleva los ojos hacia arriba está indicando petición a Dios o desagravio por los pecados propios y de la humanidad.

* LOS BESOS: El sacerdote da un beso al altar al comenzar y al terminar la santa misa; También el sacerdogte y el diácono besan el evangeliario después de la proclamación del evangelio es Cristo quien recibe ese ósculo. Los fieles se dan el beso en el momento de la paz. Son señales de afecto, de gratitud, de adhesión, de veneración y de reconciliación. Besamos las reliquias, el crucifijo, la mano del sacerdote que bendice y perdona. Cada uno de estos gestos imprime un sello religioso especial en las personas o cosas que los reciben. En muchas partes no es oportuno el beso de la paz, por motivos culturales; entonces se prefiere el apretón de manos.

* GOLPES DE PECHO CON LA MANO: Es una de las señales más expresivas de dolor y contrición de corazón, en un pecador. Se hace en la confesión, al momento de decir el acto de contrición. Lo hacemos en el momento del “Yo confieso” de la santa misa. Así, con ese gesto humilde, aplacamos y agradamos mejor a Dios y expresamos más sentidamente nuestra compunción ante los demás hermanos. Los golpes deben ser hechos con suavidad.

* LA IMPOSICIÓN DE LAS MANOS: Significa varias cosas, transmisión de poderes superiores a personas o grupos de elección, o de algún carisma o misión, o absolución de culpas. También es signo de bendición de Dios y de consuelos en la unción de enfermos. En el momento de la consagración manifiesta el poder maravilloso de los sacerdotes de convertir el pan y el vino en Cuerpo y Sangre de Cristo.

* CAMINAR HACIA EL ALTAR-PROCESIÓN DE ENTRADA: No es un simple gesto, es un rito. Es también símbolo de nuestro peregrinar al cielo. Caminamos con otros, no solos. Así, en las procesiones, peregrinaciones, procesión de los dones en la misa o procesión para la comunión, vamos con alegría, sin temores, pues sabemos que Cristo es el Camino vivo y verdadero.

* CANTAR: El que canta ora dos veces, decía San Agustín. El canto es el afecto del corazón hecho música.

* GENUFLEXIÓN: Es signo de adoración, por eso se reserva para el Santísimo Sacramento y para la Santa Cruz desde la Solemne Adoración en la Acción Litúrgica del Viernes Santo, hasta el comienzo de la Vigilia Pascual.

lunes, 26 de enero de 2009

Formación Litúrgica

OBJETOS LITURGICOS

* CRUZ PROCESIONAL: Signo de nuestra Redención, del Sacrificio de Cristo y de su victoria sobre la muerte. Precede toda procesión, y se inciensa por ser signo de Salvación.

* ACETRE o CALDERILLO: Recipiente de agua bendita que se usa para las aspersiones litúrgicas. El agua se recoge del acetre y se dispersa con el hisopo.

* CÁLIZ: Copa, vasija donde se bebe. Recipiente en forma de copa con ancha apertura. En la Liturgia cristiana, el cáliz es el vaso sagrado por excelencia, indispensable para la celebración de la Misa ya que debe contener el vino que se convierte en la Sangre Preciosísima de Cristo. Su forma, materia y estilo han variado mucho en el curso de la historia. Los cálices solían ser de oro y tenían a veces un valor extraordinario. Debe ser preferiblemente de metal precioso. El pie o soporte puede ser de otra materia.

* COPÓN: Vaso con tapa en que se conservan las hostias consagradas.

* PURIFICADOR: Paño de lino para limpiar y secar el Cáliz, la Patena y el Copón.

* CORPORAL: Pieza cuadrada de tela sobre la que descansa la Eucaristía. Sobre ella se pone la patena y el cáliz durante la Misa. Antiguamente la Sagrada Hostia descansaba directamente sobre el corporal desde el ofertorio hasta la fracción. También se pone debajo de la custodia durante la Exposición del Santísimo. Debe ser de lino o cáñamo y no de otro tejido. No debe llevar bordado más que una pequeña cruz en el centro Para guardarlo debe doblarse en nueve cuadrados iguales.

* MANUTERGIO: Toallita para secarse las manos.

* CRISMERA: Vaso o ampolla donde se guarda el crisma.

* CUSTODIA: Recipiente sagrado donde se pone la Hostia consagrada de manera que se pueda ver para la adoración, sobre todo en la Bendición eucarística y las procesiones. También se le llama ostensorio, del latín ostendere, mostrar. Hay gran variedad de tamaños y estilos. Generalmente tiene forma de sol, cruz o relicario.

* GREMIAL: Paño cuadrado que se ciñe el obispo durante ceremonias litúrgicas, por ejemplo en el lavatorio de los pies de la Misa del Jueves Santo, o durante la unción de las manos del nuevo presbítero en su ordenación. El gremial de seda y encaje para las misas pontificas ya no se usa. Uno de lino u otro material puede utilizarse.

* HIJUELA: Paño blanco de forma circular, que se coloca sobre la patena, cubriendo la hostia sin consagrar.

* HISOPO: Utensilio con que se esparce el agua bendita, consistente en un mango que lleva en su extremo un manojo de cerdas o una bola metálica hueca y agujereada para sostener el agua. Se usa con el acetre.

* INCIENSO: Resinas aromáticas, granulada o en polvo, que se queman en el incensario durante algunas liturgias. Su humo tiene fragancia. Cuando se bendicen son un sacramental. Quemar incienso significa celo y fervor; su fragancia: virtud; el humo que se eleva: las oraciones que ascienden al cielo.

* INCENSARIO: Brasero colgado de un nudo por 3 cadenas en el cual se echa el incienso, con una tapa móvil que se acciona por una cuarta cadena. Se utiliza para incensar en las ceremonias litúrgicas.

* NAVETA: Recipiente para el incienso, en forma de navecilla (de allí su nombre) ,con una cucharita para servirlo.

* PALIA: Trozo de tela doble de forma cuadrada, de aproximadamente quince centímetros de lado, en cuyo interior se introduce una pieza de cartón o plástico para mantenerla rígida, utilizado para tapar el cáliz durante la celebración impidiendo la entrada de insectos o cualquier otro elemento.

* PATENA: Plato redondo donde se pone la Sagrada Hostia.

* PECTORAL: Cruz que llevan al pecho los obispos.

* PÍXIDE: Cajita más pequeña que el copón donde se lleva la Eucaristía a los enfermos. También se llama así el vaso sagrado en el que se guarda la hostia destinada a ser expuesta en la custodia.

* PURIFICADOR: Trozo de tela que utiliza el sacerdote en la Misa para purificar el cáliz.

* PLATILLO DE LA COMUNIÓN: Para impedir que caigan partículas en la comunión se coloca bajo la barbilla de cada comulgante.

* HUMERAL: Paño que cubre los hombros del ministro cuando lleva el Santísimo Sacramento en procesión o cuando da la bendición con El.

* VINAJERAS: Las vasijas para el vino y el agua que se usan en la Santa Misa. Generalmente son de cristal y se colocan en una bandeja pequeña. Es permitido que sean de otro material, siempre y cuando puedan contener los líquidos. Usualmente tienen asas y tapones. Son de diferentes estilos y tamaños. Las vinajeras junto con las hostias no consagradas pueden ser llevadas en procesión por los fieles y presentadas al sacerdote durante el Ofertorio.

* VIRIL: Pieza redonda, tradicionalmente de cristal transparente con borde de oro o dorado, en que se pone la Sagrada Hostia para sostenerla en la Custodia. Implemento de metal que sostiene la Sagrada Hostia para ser colocada en la custodia.

* LAMPARA DEL SANTÍSIMO: Lámpara de aceite, cera o electricidad que permanece constantemente encendida junto al Sagrario donde está la Eucaristía, y sirve para indicar la presencia del Señor.

* CIRIO PASCUAL: Gran vela que se bendice en la Vigilia Pascual, símbolo de Cristo Resucitado. Se enciende en las Misas del tiempo Pascual y algunas otras celebraciones (bautismo, confirmación, primera comunión, funeral).

sábado, 24 de enero de 2009

A pensar en el fin de semana

Hace unos días el blog RONCUAZ publicó esta entrada. Dado el tema y la manera de tratarlo, me pareció interesante incluirlo en esta página. Léelo, analízalo, cotéjalo con nuestro ambiente y, en lo posible, saca conclusiones.

Sobre jóvenes alemanes (europeos, globales in genere)

Un amigo de Alemania me mandó el siguiente comentario con autorización para publicarlo. Me parece que sintetiza muy bien la cuestión.
He conocido a algunos jóvenes de la parroquia aquí en Wuppertal. A primera vista, he visto que tienen características muy semejantes a las que encontramos entre los jóvenes de otras otras partes del mundo.
Carecen de originalidad y suelen imitar las modas que la industria del espectáculo ha preparado especialmente para ellos, con el fin de que parezcan originales y juvenilmente rebeldes. Aquí también escuchan a Shakira, ese fenómeno comercial calculadamente elaborado para satisfacer las supuestas ansias de rebeldía de los jóvenes, que en el fondo no hacen otra cosa que someterse de manera conformista a una sociedad de consumo que les fomenta la rebeldía, pero siempre que se adecuen a los modelos que ellos mismos, con tanto esmero y sentido del marketing, han preparado. También son superficiales e incapaces de formular ideas propias. Consumistas, preocupados más en cómo van a vestir para tener un look juvenil realmente auténtico, en qué lugar de diversión van a dejar el dinero que manejan, y qué delicia van a comer. El futuro no es para ellos un problema, ni la sociedad en que viven, pues su falta de horizontes no les permite tener visión sino sólo para el momento presente, y tal vez para lo que suceda dentro de unos cuantos días. Critican lo que no les gusta, pero carecen de criterios para discernir lo bueno de lo malo.
Y para colmo de males, la idiosincrasia actual instila en nuestros intersticios neuronales la lógica de que ser joven es una de las cosas más deseables del mundo, y de ahí la vana epopeya de tantos cuarentones y otros de más recorrido etario que los lleva a estar en constante búsqueda de la fuente de la eterna juventud. Muy bien decía Gustave Thibon que quien busca vivir sin envejecer, termina envejeciendo sin haber vivido.
No conozco a nadie que haya dado sus mejores frutos siendo joven. Y también es cierto que quienes cuestionaron el sistema y el statu quo de adultos, iniciaron ese recorrido de jóvenes, no en virtud de los supuestos valores de la juventud, sino gracias al descubrimiento de la propia autenticidad personal y la búsqueda de un sentido trascendente a la existencia. El ser joven no constituyó ningún aporte significativo para andar ese recorrido, esa vocación personal. La juventud, ¿esperanza de qué? Esperanza de todo, precisamente porque todavía no es nada. Pero la juventud no es cumplimiento todavía, y, por eso mismo, resulta absurdo considerar esta etapa como un paraíso al cual siempre se quiere regresar.
Hermanos, amigos y conocidos, carguemos nuestros años con dignidad sobre nuestras espaldas y llevémoslos con orgullo hacia adelante, con la misma frescura que el caminante encuentra en cada fuente de su recorrido. Los años transcurridos no se deben ocultar. Envejecer dentro del camino, cada vez más cerca de la Luz imperecedera, debe ser motivo de alegría y gozo. Porque lo contrario a la frescura de lo nuevo no es la vejez, sino la decadencia y el aburrimiento. Y de estas dos enfermedades están plagados demasiados jóvenes en nuestro mundo.

viernes, 23 de enero de 2009

Formación Litúrgica

ELEMENTOS NATURALES DE LA LITÚRGIA

La Iglesia, cantora de la naturaleza y de su Creador y amante del simbolismo, debía aprovechar para su liturgia algunos de esos elementos como signos eficaces de valores sobrenaturales y salvíficos. El mismo Cristo los usó y les comunicó virtudes secretas en orden a la vida sobrenatural. Por ejemplo: el agua en el perdón, la saliva en el ciego, el hálito en el cenáculo, etc. Jesús explotó su simbolismo en sus discursos y parábolas: la luz, sal, vid, grano de mostaza, etc.

Vamos a analizar brevemente los principales elementos y símbolos litúrgicos que emplea la Iglesia, su significado y su uso:

* LUZ: De todas las obras de la creación, la luz parece ser la más excelente. Con ella empezó Dios a adornar el mundo. Es la más hermosa de las creaturas naturales y de ella beben la belleza todas las demás. En la Vigilia Pascual se nos da la clave. La Iglesia bendice la luz sacándola del nuevo fuego y la introduce a la iglesia con el cirio pascual. La luz, por tanto, representa y rinde tributo a Jesucristo, “Luz del mundo”, símbolo de la presencia divina y de fiesta.

* FUEGO: Es de los elementos más misteriosos y terribles, al mismo tiempo. Sin él, apenas se podría vivir. Es fuerza que quema y alumbra, mata y vivifica, destruye y purifica. La Iglesia utiliza constantemente el fuego para sus ritos:

* El Sábado Santo en la noche de la Vigilia Pascual, se bendice el fuego del cuál se sacará la luz para encender el cirio pascual

* En el incensario, fuego e incienso simbolizan el fervor de la oración y la entrega de nuestra vida, que se va consumiendo poco a poco como suave perfume en honor a Dios.

* AGUA: Es uno de los elementos más indispensables para la vida, y henchido de simbolismo. Al principio del mundo, el Espíritu de Dios la acarició con su soplo como elemento de fecundidad; eran aguas repletas de vida vegetal y animal. Jesús la santificó con su contacto en las corrientes del río Jordán. El agua forma parte de la materia del Bautismo. La Biblia está llena de fuentes, y pozos de agua; y con el agua del diluvio quiso Dios limpiar la maldad de la tierra. Y Jesús de su costado abierto hizo brotar “sangre y agua”, símbolo del nacimiento de la Iglesia y los sacramentos.

* SALIVA: Jesús la usó para curar a un sordomudo y al ciego de nacimiento. Los santos Padres la consideraban como símbolo de la sabiduría; la liturgia la ha usado tan sólo en el Bautismo, mojando en ella la nariz y oídos del bautizado. Así reproducía el gesto de Jesús al curar. De esta manera, esos órganos están ya habilitados para oír con gusto la Palabra de Dios y aspirar el perfume de la santidad. Dada la sensibilidad de los tiempos modernos, el nuevo ritual del bautismo suprimió el uso de la saliva.

* AIRE: El soplo del Creador infundió vida al hombre. Y el de Jesús resucitado comunicó a los apóstoles el Espíritu Santo. En el rito bautismal, ha figurado el soplo como signo de expulsión de Satanás, del alma del bautizado.

* ACEITE: En la vida espiritual, simboliza: fortaleza espiritual y corporal, valor curativo y conservativo de carácter espiritual, efusión de la gracia, santificación e inhabitación del Espíritu Santo y testimonio cristiano, comunicación del poder divino y consagración de objetos sagrados. Y por eso se usa como materia en algunos sacramentos:

* En el bautismo, el óleo de los catecúmenos se coloca en el pecho. Simboliza la fortaleza y la agilidad espiritual.

* El crisma se compone de aceite y bálsamo. Se usa en el bautismo, confirmación y consagración de sacerdotes, obispos, cálices, altares, patenas, Iglesias. Todo cristiano tiene que exhalar el suave olor de la santidad, el suave olor de Cristo, como dice San Pablo. En la ordenación sacerdotal se ungen las manos; en la episcopal, la cabeza.

* Óleo de los enfermos: vehículo para la gracia divina, y para la salud del cuerpo y del alma.

* CIRIO: Se usa para el alumbrado propiamente litúrgico, es decir, para las Misas y demás sacramentos y sacramentales. La vela encendida sirve para simbolizar a Cristo-Luz del mundo y significar la fe y la oración de los fieles en presencia del Señor.

* PAN Y VINO: Son la base del alimento corporal del hombre. Simbolizan, al convertirse en verdadero Cuerpo y Sangre de Cristo, que la Eucaristía es alimento indispensable de todos los cristianos. Son los signos del sacrificio de su cuerpo y sangre como manjar espiritual del alma. El pan, hecho de muchos granos, y el vino, de muchos racimos, son símbolo de la unión íntima entre los cristianos. Simbolizan también la unidad de la Iglesia y de los cristianos con Cristo y entre sí, pues compartir el mismo pan y el mismo vino son signos de fraternidad, amistad y unidad.

* SAL: que sazona y preserva, se dejó optativo en la fórmula ritual de la bendición del agua lustral como remedio para poner en fuga los demonios y ahuyentar enfermedades. También se usó en el bautismo, colocando unos granitos sobre la boca del bautizado.

* CENIZA: Es símbolo de la caducidad de la vida y de todo lo material, y, por lo mismo, símbolo del dolor, de la penitencia, del arrepentimiento, y de conversión. La Iglesia nos la pone sobre la frente el día miércoles de ceniza utilizando algunas de estas dos fórmulas: "Conviértete y cree en el Evangelio" o "Recuerda que eres polvo y al polvo retornarás".

* INCIENSO: Nuestra vida se tiene que quemar en honor a Dios, dando suave aroma. En las solemnidades se inciensa el altar y las imágenes de los santos, la cruz y el Santísimo Sacramento en señal de respeto y veneración. Se inciensa al sacerdote como representante de Dios, y a los fieles para recordarles que, como pueblo santo y sacerdotal, son parta de la asamblea que celebra, y no sólo espectadores.

* FLORES: Las flores naturales que adornan el altar y las imágenes de los santos significan fiesta, alegría, exultación piadosa. En tiempo de cuaresma, tiempo fuerte de penitencia y austeridad, aunque se pueden poner algunas plantas, no debe haber, sin embargo, flores en las iglesias, exceptuando el tercer domingo de cuaresma, domingo del “Laetare”, y las solemnidades y fiestas que caen en cuaresma.

* CAMPANILLA: Para la atención piadosa y unión de corazones de la asamblea participante. Se usa en el momento de la consagración en la Santa Misa, para centrar la atención de los que participan en la eucaristía.

* CRUZ: Como árbol de vida y victoria pascual, se adorará en los Oficios del Viernes Santo. Además preside la Eucaristía y encabeza las procesiones.