miércoles, 11 de agosto de 2010

"Sin el memorial del Señor -es decir, sin la Eucaristía- nosotros no podemos vivir", declaraban durante la persecución de Diocleciano los cristianos de África del norte. También nosotros, sin la fuerza que brota de la Eucaristía, sobre todo la del domingo, no podemos vivir.

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