Siento haber estado ausente unos días, hecho que debo cargarlo a un problema en la configuración de mi computadora, pero ¡Gracias a Dios! ya está subsanado.
El domingo pasado leí en el semanario "Cristo Hoy" (excelente publicación de amplia circulación en mi país Argentina, y también en Paraguay y Ecuador), una nota tomada de CISA - Catholic Information Service for Africa - la que transcribo a continuación:
Monseñor Buti Tlaghale, de Sudáfrica, se refirió a la práctica eucarística entre algunos sacerdotes y fieles.
* La Eucaristía hace efectivamente presente la Muerte y Resurrección de Jesucristo, con todo, hay evidencias que algunos católicos no muestran fe en la presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento, dijo el arzobispo africano de Johannesburgo (Sudáfrica), Buti Tlaghale, en su homilía del Jueves Santo.
"Muchos entran a la iglesia y no hacen el signo de la cruz con agua bendita. Muchos ya no hacen genuflexión, ni siquiera una reverencia que reconozca la presencia de Cristo en el tabernáculo", dijo el arzobispo.
"Nuestras iglesias son como un mercado antes y después de la misa, en parte porque hemos movido el tabernáculo a un cuarto separado, o simplemente porque hemos perdido el sentido de la presencia de lo sagrado. Hemos abandonado el silencio y una atmósfera devota en la iglesia".
Recomendaciones
El prelado recomendó, en donde sea posible, que sean restauradas la centralidad del tabernáculo y la práctica de la genuflexión, y que se avive el silencio.
"La ley de la Iglesia nos pide que ayunemos una hora antes de la Eucaristía. El mascar chicle durante la misa es simplemente desagradable", expresó el arzobispo.
"El llevar la comunión a los enfermos a menudo deja mucho que desear. Usualmente, las Hostias consagradas son distribuídas a los ministros laicos después de la Comunión. Y el sacerdote pregunta: ¿cuántas?. ¿Cuántas qué? No suena como un lenguaje de personas que reconocen la presencia del Señor".
Los ministros laicos que llevan la Comunión a los enfermos a menudo se detienen para charlar con los amigos en el camino. "A veces van rápido de compras antes de ir a los enfermos. No es inusual para algunos quedarse con las Hostias consagradas en casa porque no encontraron a la persona enferma o porque a su regreso, encontraron la iglesia cerrada".
El arzobispo animó la práctica de que los sacerdotes oren con los acólitos en la sacristía antes y despues de la misa, pero lamentó que "algunas sacristías son como un mercado. No se hacen oraciones".
Deafió a los sacerdotes, como custodios de la Eucaristía, a promover la adoración y a asegurarse de que los documentos papales y vaticanos sobre la Eucaristía sean bien conocidos por los cristianos. (Catholic Information Service for Africa - (CISA).
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