domingo, 22 de marzo de 2009

Una oración para memorizar

Hay oraciones para cada momento de nuestra vida, que pueden ayudarnos mucho. Y hay algunas, que si bien pueden parecernos algo antiguas, en realidad contienen todo un bagaje de espiritualidad digno de ser usado para acrecentar nuestra devoción personal y ayudarnos en nuestro crecimiento espiritual. Una de esas oraciones es precisamente, esta:
¡Oh mi amado y buen Jesús! postrado en tu santísima presencia; te ruego con el mayor fervor imprimas en mi corazón vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad verdadero dolor de mis pecados y propósito firmísimo de enmendarme, mientras que yo, con todo el amor y con toda compasión de mi alma, voy considerando tus cinco llagas teniendo presente aquello que dijo de Ti, oh Buen Jesús, el santo Profeta David: Han taladrado mis manos y mis pies, y se pueden contar todos mis huesos.

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