El uso del incienso, según los
libros litúrgicos vigentes
Lo que aquí se detalla es importante para ser tenido en cuenta por los equipos de liturgia de las parroquias. Ayudará mucho a celebrar digna y competentemente, sobre todo en las iglesias catedrales.
Las
normas litúrgicas del uso del incienso presentan no pocas dudas.
No se
trata simplemente de "esparcir" humo por doquier. El actual Caeremoniale
episcoporum, más explícito que la Institutio Generalis Missalis Romani,
en los números relativos a la incensaciòn, especifica lo siguiente:
85. La
materia que se coloca en el incensario, debe ser o sólo y puro incienso de olor
agradable, o si se le agrega algo, procúrese que la cantidad de incienso sea
mucho mayor.
86. En la
Misa estacional del Obispo se usa el incienso:
a) durante la procesión de entrada;
b) al comienzo de la Misa, para incensar el altar;
c) para la procesión y proclamación del Evangelio;
d) en la preparación de los dones, para incensar las ofrendas, el altar,
la cruz, al Obispo, a los concelebrantes y al pueblo;
e) en el momento de mostrar la hostia y el cáliz, después
de la consagración.
En otras Misas se puede emplear incienso, cuando se juzgue oportuno.(71)
a) en la dedicación de una iglesia y de un altar;
b) en la consagración del sagrado crisma, cuando se llevan
los óleos benditos;
c) en la exposición del Santísimo Sacramento con la
custodia;
d) en las exequias de los difuntos.
Después
el diácono recibe el incensario de manos del acólito y lo entrega al Obispo.
(74)
Con dos
movimientos dobles se inciensan las reliquias e imágenes de los Santos
expuestos para pública veneración.
a) Si el altar está separado de la pared, el Obispo lo inciensa
pasando alrededor del mismo.
b) Si el altar está unido a la pared, el Obispo, mientras va
pasando, inciensa primero la parte derecha, luego la parte izquierda del altar.
Si la cruz
está sobre el altar o cerca de él, se inciensa antes que el mismo altar, de no
ser así, el Obispo la inciensa cuando pase ante ella. (76)
Las
ofrendas se inciensan antes de la incensación del altar y de la cruz.
El
diácono inciensa a todos los concelebrantes al mismo tiempo.
Por último, el diácono inciensa al pueblo desde el sitio más conveniente.
Por último, el diácono inciensa al pueblo desde el sitio más conveniente.
Los
canónigos que acaso no concelebran, o reunidos en coro, son incensados todos al
mismo tiempo con el pueblo, a no ser que la disposición de los lugares aconseje
otra cosa.
Lo
anterior vale también para los Obispos que acaso estén presentes.
El que
Preside la Nación, y que viene por oficio a la sagrada celebración, donde
existe la costumbre, es incensado después del Obispo.
72 Dos
acólitos pueden acercarse al Obispo: uno lleva el incensario y el otro la
naveta, o también un solo acólito que lleva en la mano izquierda el
incensario con carbones encendidos, y en la derecha la naveta con incienso
y la cucharilla (cf. Ceremonial de los Obispos, ed. 1886, l, XXlll, 1).
73 Cf.
Misal Romano, Instrucción general, n. 236.
El
diácono recibe de la mano del acólito la naveta un poco abierta y la cucharilla
que está en ella, y la presenta al Obispo. Este toma la cucharilla y saca tres
veces incienso de la naveta y otras tantas veces lo echa en el incensario.
Terminado esto, y devuelta al ministro la cucharilla, el Obispo hace con la
mano el sigo de la cruz sobre el incienso que está en el incensario (cf.
Ceremonial de los Obispos, ed. 1886, I, XXIII, 1-2).
74 El
diácono "devuelve al acólito la naveta, y recibe de él el incensario, que
le entrega al Obispo: la parte superior de las cadenas la coloca en la mano
izquierda del Obispo, y el incensario en la derecha" (Ceremonial de los
Obispos, ed. 1886, I, lX, 1).
75 El que
inciensa "sostiene con la mano izquierda las cadenas por su parte
superior, y con la derecha las mismas, juntas, cerca del incensario y lo
sostiene de tal manera que pueda cómodamente moverlo y dejarlo que vuelva hacia
él". Advierta que al incensar debe hacerlo con dignidad y decoro, sin
mover el cuerpo o la cabeza. Tendrá la mano izquierda -que sostiene la parte
superior de las cadenas- firme y estable sobre el pecho; la mano y el brazo
derecho las moverá con el incensario en forma cómoda y continua" (cf.
Ceremonial de los Obispos, ed. 1886. I, XXlIl. 4 y 8).
76 Cf.
Misal Romano, Instrucción general, n. 236.
-El incienso se puede usar en cualquier forma de Misa. Las ofrendas también
pueden incensarse trazando con el turíbulo una cruz sobre ellas.
-El orden de los tres ductus siempre es centro, izquierda y derecha (del turiferario); y el de los dos ductus, izquierda y derecha (del turiferario).
-En la procesión de entrada el turiferario debe ir con el turíbulo humeante, avanzando por el lado derecho de sí, ya que a su izquierda, debe ir otro ministro con la naveta; y en las liturgias episcopales, (la primera de las cuales es la papal), a veces se suma un tercer ministro, que se encargará de lo que se requiera, de acuerdo con la particularidad de los ritos. Los tres ministros (o los dos), deben ir unos pasos adelante del cruciferario, el cual debe ir siempre al centro. El turíbulo humeante se lleva con una sola mano, trazando líneas imaginarias en la misma dirección. La otra mano va al pecho.
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