El Cirio Pascual
Es el símbolo más destacado del Tiempo
Pascual. La palabra "cirio" viene del latín "cereus", de
cera. El producto de las abejas. El cirio más importante es el que se enciende
en la vigilia Pascual como símbolo de cristo – Luz, y que se sitúa sobre una
elegante columna o candelabro adornado.
El Cirio Pascual es ya
desde los primeros siglos uno de los símbolos más expresivos de la Vigilia. En medio de
la oscuridad (toda la celebración se hace de noche y empieza con las luces
apagadas), de una hoguera previamente preparada se enciende el Cirio, que tiene
una inscripción en forma de cruz, acompañada de la fecha del año y de las
letras Alfa y Omega, la primera y la última del alfabeto griego, para indicar
que la Pascua del
Señor Jesús, principio y fin del tiempo y de la eternidad, nos alcanza con
fuerza nueva en el año concreto que vivimos. Al Cirio Pascual se le incrusta en
la cera cinco granos de incienso, simbolizando las cinco llagas santas u
gloriosas del Señor en la Cruz.
En la procesión de
entrada de la Vigilia
se canta por tres veces la aclamación al Cristo: "Luz de cristo. Demos
gracias a Dios", mientras progresivamente se van encendiendo los
cirios de los presentes y las luces de la iglesia. Luego se coloca el cirio en
la columna o candelabro que va a ser su soporte, y se proclama en torno a él,
después de incensarlo, el solemne Pregón Pascual.
Además del simbolismo de
la luz, el Cirio Pascual tiene también el de la ofrenda, como cera que se gesta
en honor de Dios, esparciendo su Luz: "acepta, Padre Santo, el
sacrificio vespertino de esta llama, que la santa Iglesia te ofrece en la
solemne ofrenda de este cirio, obra de las abejas. Sabemos ya lo que anuncia
esta columna de fuego, ardiendo en llama viva para gloria de Dios... Te rogamos
que este Cirio, consagrado a tu nombre, para destruir la oscuridad de esta
noche".
El Cirio Pascual estará
encendido en todas las celebraciones durante las siete semanas de la
cincuentena pascual, al lado del ambón de la Palabra, hasta la tarde del domingo de
Pentecostés. Una vez concluido el tiempo Pascual, conviene que el Cirio se
conserve dignamente en el baptisterio. El Cirio Pascual también se usa durante
los bautizos y en las exequias, es decir al principio y el término de la vida
temporal, para simbolizar que un cristiano participa de la luz de Cristo a lo
largo de todo su camino terreno, como garantía de su definitiva incorporación a
Luz de la vida eterna.
(fuente: conoceréis de verdad.org)
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